¿Saldrías de casa con los zapatos rotos o con la suela tan desgastada que hasta notases los adoquines cuando caminas? Seguro que no y, por eso mismo, no deberías circular jamás sin los neumáticos de tu coche en buen estado. Igual que, para que tu camines con comodidad, el estado de tus zapatos es clave; el buen estado de los neumáticos de tu coche es fundamental para garantizar el agarre, la estabilidad y no incrementar la distancia de frenado. También, de paso, evitarás multas: cada neumático defectuoso, si un agente lo detecta, supone una sanción de 200 euros.
Puede parecer una obviedad, pero lo correcto es cambiarlos cuando se desgastan. Y eso, siempre, nos lo indican los testigos de desgaste que se incluyen en la banda de rodadura. Si la profundidad del dibujo del neumático es inferior a 1,6 milímetros, es hora de cambiarlos. Eso sucede cuando el testigo queda a la altura del límite superior de la hendidura en la que está inserto. El momento en que eso sucede, sin embargo, depende del uso que le des a tu coche: en un turismo convencional de 1.300 kg que circule por carretera y ciudad, lo habitual es cambiar los neumáticos delanteros cada 40.000 km y los traseros, cada 60.000.
En cubrir esas distancias se puede tardar más o menos tiempo en función del uso que le des al coche. Sea como fuere y según los fabricantes, no conviene alargar el uso más allá de los ocho años, ya que, con el paso del tiempo, la adherencia es menor. Cada seis años conviene, eso sí, revisar el estado de los neumáticos. El profesional encargado de dicha tarea será quien te indique si puedes o no seguir usándolos. En la ITV, siempre y cuando tengan la profundidad de dibujo correcta, no te pondrán pegas si el neumático pasa de los ocho años pero, eso sí, no los utilices nunca más allá de los diez años.
Depende de cómo sea tu coche. Un utilitario suele montar neumáticos que cuestan 60 euros por unidad, lo que implica un desembolso de en torno a 300-350 (incluyendo mano de obra) para cambiar los cuatro. En un deportivo o un SUV de alta gama, el precio se dispara ya cada neumático dependiendo de la marca que escojas, puede llegar a costar hasta 350 euros o más.