Por mucho dinero que te haya costado tu coche y mucha estima que le tengas, existen una serie de casos en los que la DGT pasará a considerarlo un residuo y, como tal, lo trasladará a un centro especializado en el tratamiento de los mismos. En el caso de los vehículos, se trata de los conocidos desguaces.
El primer caso, y el más habitual, tiene que ver con situaciones en las que tu coche haya sido inmovilizado o trasladado a un depósito municipal de vehículos. Si pasa allí más de dos meses y su titular no formula alegaciones de ningún tipo, el coche puede pasar a considerarse un residuo.
También, si el coche está estacionado en la vía pública durante más de un mes y presenta desperfectos que hacen imposible que pueda moverse por sus propios medios, las autoridades pueden considerarlo también un residuo.
Si tu coche permanece en un taller durante más de dos meses sin que lo recojas o, sin estar averiado, se encuentra en un aparcamiento público o en un recinto privado durante más de dos meses, las autoridades pueden decidir igualmente llevarlo a un desguace. En estos casos, es siempre el propietario del taller, el aparcamiento o el recinto en cuestión quien lo notifica a las autoridades y están proceden a la retirada. Ésta se produce si, después de haberte comunicado la situación las autoridades, pasa un mes sin que te hagas cargo del que fue tu coche. Cuando un coche entra al desguace, ya no hay vuelta atrás: la Administración ordena su destrucción.
Y en caso de que estés malo y te lo desguacen quien se hace cargo cuando se les demande por destruirte un bien privado?