La entrada en vigor de la Euro 7 traerá consigo un aumento significativo en el precio de los coches con motor de combustión debido a los cambios requeridos en los procesos de producción. Esto es debido a costes indirectos y consecuencias no calculadas que al final pagará el bolsillo del consumidor final. La industria automotriz ha expresado su preocupación por los altos costes y los potenciales riesgos para la industria, considerando que los beneficios ambientales resultantes podrían ser desproporcionados.
El precio de los coches con motor de combustión va a aumentar debido a la entrada en vigor de la Euro 7, la sucesora de la normativa Euro 6. Aunque aún se encuentra en plena tramitación, se espera que sea aprobada definitivamente en la próxima primavera y entre en vigor en verano de 2025 para coches y furgonetas, y en 2027 para autobuses y camiones. Esta normativa ha generado controversia. Algunos la consideran una especie de prohibición del motor de combustión.
Según un informe elaborado por Frontier Economics y publicado por la asociación europea de fabricantes de automóviles (ACEA), la implementación de la Euro 7 implicaría costes significativamente más altos de lo estimado por la Comisión Europea. El estudio revela que los costes de fabricación aumentarían entre cuatro y diez veces, dependiendo del tipo de vehículo. En el caso de los coches y furgonetas de gasolina, el incremento sería de 1.862 euros por vehículo, mientras que para los vehículos diésel sería de 2.629 euros. En cuanto a los autobuses y camiones, el coste ascendería a 11.707 euros por vehículo.
La ACEA advierte que estos costes directos de fabricación podrían traducirse en un aumento aún mayor en el precio final para el consumidor. Además, se esperan otros costes indirectos y consecuencias no calculadas por la Unión Europea, como el incremento del gasto en combustible. Según el informe, la Euro 7 podría aumentar el consumo de combustible en un promedio del 3,5% para todos los vehículos.
Otra consecuencia prevista es la disminución de la oferta de coches más asequibles. Los fabricantes temen que el impacto en los precios sea proporcionalmente mayor en los segmentos de vehículos pequeños y económicos, lo que podría hacer que su producción y venta deje de ser económicamente viable.
La cercanía de la entrada en vigor de la Euro 7 ha generado preocupación en la industria automotriz, que ha expresado su inquietud por las incertidumbres y el escaso plazo para adaptarse. Además, se teme que los altos costes y los riesgos para la industria no se correspondan con las mejoras ambientales que se pretenden lograr. Según la ACEA, la implementación de la Euro 7 solo reduciría un 4% adicional de óxido de nitrógeno en coches y furgonetas, y un 2% adicional en camiones, lo cual se considera un impacto ambiental extremadamente pequeño a un costo muy elevado.