Se habla mucho de los beneficios para el medioambiente que trae la transición hacia la movilidad eléctrica. Tener ciudades sin humos, frenar el cambio climático, el dominio de las energías renovables, reducir los consumos… Son algunas de las metas. Y en Europa se está llevando a cabo un plan de legislación muy estricto que pretende que solo desarrollen coches eléctricos en poco más de una década.
Pero el plan contra la contaminación y el cambio climático no se centra en los coches. También incide en los procesos de producción de los fabricantes. Las tasas y los impuestos son cada vez más agresivos para las empresas, que se ven obligados a modificar sus procesos para reducir contaminantes en la fabricación de sus modelos.
Y eso es precisamente lo que Audi ha entendido muy bien. La marca alemana es una de las que ha mostrado más compromiso con la electrificación. Entre sus estrategias, tiene previsto que todos sus modelos presentados más allá de 2025 sean eléctricos. Y ahora ha puesto en marcha un nuevo proyecto que refuerza este compromiso con el medioambiente. Y todo comienza con su modelo estrella, el Audi Q4 e-tron, que además de ser uno de los más vendidos en Europa, ahora será el protagonista de su iniciativa más innovadora: el programa GlassLoop.
¿Qué es GlassLoop? Se trata de un proyecto que investiga para crear un cristal más sostenible creado a partir del cristal laminado de los parabrisas con un porcentaje de vidrio reciclado. Concretamente un 30%. Este cristal reciclado proviene de ventanillas irreparables, parabrisas de vehículos accidentados y techos panorámicos.
Este proyecto muestra el compromiso de Audi con la sostenibilidad. Pero Audi ha dejado claro que este proyecto es solo el comienzo. Forma parte de su plan para lograr la neutralidad de emisiones, un objetivo que esperan alcanzar en el año 2025.