El sistema de suspensión de los coches es uno de los sistemas más importantes, entre otras cosas porque es, junto al de freno y el conjunto de neumáticos uno de los elementos de seguridad clave a la hora de conducir.
No es casualidad entonces que los amortiguadores y su estado sea uno de los puntos en los que siempre se hace hincapié a la hora de revisar el estado general de un vehículo, ya que si los amortiguadores no están en buen estado las consecuencias pueden ser desastrosas al volante.
En este sentido, son muchos los especialistas que recomiendan hacer un cambio de amortiguadores cada 50.000 km, aunque evidentemente dependerá de cada modelo y de cada fabricante.
La parte positiva en este caso es que si algo no acaba de ir bien con los amortiguadores, a través de los diferentes sonidos que emiten podemos detectar los posibles problemas. Así, si se trata de silbidos que provienen de las válvulas de amortiguación, lo normal es que se emita este sonido porque no se ha montado bien la tapa que aísla los ruidos propios del funcionamiento de los amortiguadores, es decir, un problema menor.
En cambio, si se escucha un sonido de tableteo, por mucho que sea propio del desgaste de gomas o de holgura en las mismas, se trata de un sonido que se produce por conducir con una alta elevación del vehículo, como cuando se nivelan mal los neumáticos.
Como no podía ser de otra forma tratándose de un elemento de seguridad muy importante, lo mejor es que, como ocurre con cualquier otro tipo de sonido extraño que detectemos que nuestro coche, acudamos lo antes posible a un especialista para que haga una revisión exhaustiva del vehículo para comprobar si hay fallos y, en el caso de que los haya, poner remedio.