Con la temporada de verano en el retrovisor y el otoño a pleno rendimiento, es hora de hacer frente a un viejo conocido: la lluvia. En esta época del año, las carreteras se vuelven resbaladizas, y es importante estar alerta ante fenómenos como el aquaplaning, un término que a menudo se asocia con la competición automovilística, pero que puede afectar a cualquiera de nosotros en nuestras rutas diarias.
El aquaplaning, o hidroplaneo, es un fenómeno que ocurre cuando los neumáticos de un vehículo pierden contacto con la carretera debido a una capa de agua que se acumula entre las ruedas y la superficie del pavimento. Esto puede deberse a varios factores, como la falta de dibujo en los neumáticos, la baja presión de inflado, una velocidad inadecuada o a la presencia de charcos importantes en la carretera.
Uno de los escenarios más críticos para experimentar aquaplaning es en una carretera mojada durante una tormenta, donde el agua se acumula rápidamente. La película de agua entre los neumáticos y la superficie de la carretera hace que el automóvil pierda agarre, lo que a su vez puede resultar en una pérdida de control del vehículo.
Aunque existen factores externos que pueden contribuir al aquaplaning, como la pintura de las señales en el suelo o las hojas mojadas en otoño que pueden adherirse a los neumáticos, hay medidas que podemos tomar para reducir el riesgo y, en caso de experimentar aquaplaning, saber cómo actuar.
Cuando te enfrentes a condiciones de lluvia intensa, es fundamental disminuir la velocidad y aumentar la distancia de seguimiento entre tu vehículo y el que va adelante. Esto te dará más tiempo para reaccionar en caso de que ocurra el aquaplaning. Además, asegúrate de que los neumáticos estén en buen estado y con el nivel de inflado correcto. Los neumáticos desgastados o con una presión inadecuada aumentan significativamente el riesgo de aquaplaning.
Si, a pesar de tus precauciones, sientes que estás experimentando aquaplaning, la calma es tu mejor aliada. En primer lugar, suelta el acelerador suavemente y evita el freno, ya que pisar el freno puede empeorar la situación. Mantén las manos firmes en el volante y no realices movimientos bruscos. El coche eventualmente reducirá la velocidad por sí solo a medida que las ruedas recuperen el contacto con el pavimento.
Si te encuentras en una curva mientras experimentas aquaplaning, es esencial mantener la calma. Suelta gradualmente el acelerador y gira el volante suavemente en la dirección de la curva. No hagas movimientos bruscos que puedan desestabilizar el vehículo. La idea es permitir que el coche recupere el agarre de forma gradual.
Es importante recordar que, aunque el instinto puede indicar que frenar es la solución, esto aumentará el riesgo de perder el control del vehículo. Por lo tanto, mantener la calma, soltar el acelerador y evitar frenar son las acciones clave para enfrentar con éxito el aquaplaning y recuperar el control de tu automóvil.