Las marcas premium como Mercedes son de los fabricantes que más están apostando por los modelos eléctricos. No es casualidad que así sea teniendo en cuenta que, al menos de momento, tener un eléctrico es sinónimo de tener un presupuesto alto para hacerse con un coche eléctrico.
Por mucho que existan modelos eléctricos exitosos con precios asequibles, al final las cifras de ventas no engañan en este sentido, con los Tesla siendo los modelos más vendidos.
En el caso de la marca alemana, sus eléctricos no es que sean precisamente baratos, por lo que evidentemente no son sus modelos más vendidos. Pero el problema llega en los márgenes de beneficios, siendo menores en los modelos eléctricos ya que su fabricación y los materiales necesarios para fabricarlos son mucho más caros.
Por otro lado, la llegada a Europa de eléctricos chinos con unos precios bajos es lo que está provocando también que las cifras de ventas de Mercedes (así cómo de Tesla) hayan bajado en los últimos tiempos provocando que, entre otras cosas, los beneficios de la marca hayan caído en el tercer trimestre.
Teniendo en cuenta que la estrategia de Mercedes sigue y va a seguir siendo la de apostar de forma clara por los eléctricos, desde el fabricante se ha dejado ya muy claro que van a ser los otros modelos, los de combustión, los que van a ayudar a restablecer las buenas cifras de beneficios.
Eso no significa otra cosa que un posible aumento de precios en los modelos de combustión más vendidos y que más márgenes de beneficios ofrecen para la marca alemana. Si bien empresarialmente es una decisión más que lógica, son muchos los compradores que no entienden ni entenderán porque han de pagar un sobre coste en sus modelos de combustión para ‘proteger’ a los eléctricos de Mercedes.