Cada año, cientos de miles de personas en España se apuntan a la autoescuela para sacarte algún permiso conducir. La mayoría va a por el permiso B, que permite conducir un vehículo de motor de cuatro ruedas. Aunque también hay muchos que buscan sacarse el A1 o el A2 para motocicletas, o también para llevar otro tipo de vehículos.
Según un estudio de la Asociación Profesional de Empresas Formadoras en Logística, Transporte y Seguridad Vial, en 2019 fueron 560.000 alumnos los que lograron sacarse el permiso B. De ellos, el 44,7% pasaron el test teórico a la primera, mientras que un modesto 27% logró superar la prueba práctica a la primera.
Cabe decir que una de las mayores preocupaciones de las autoescuelas es el colapso del sistema. Es decir, que algunos estudiantes tengan que repetir exámenes a la vez que otros novatos que se suman al lío, generando un cuello de botella difícil de solucionar.
Un problema que se da más en unas comunicades que en otras. Y en este sentido, los aspirantes del País Vasco son los que más tropiezan en la carrera hacia el carnet de conducir. Se presentan, en promedio, 1,5 veces al test teórico y más de dos veces a la prueba práctica, tal y como indica el estudio de la Asociación Profesional de Empresas Formadoras en Logística, Transporte y Seguridad Vial.
Asimismo, el 56% de los aspirantes echa la culpa al aburrimiento en las autoescuelas. Parece que la falta de motivación en la enseñanza de seguridad vial tiene a los futuros conductores bastante aborrecidos. Estos, según los datos, quieren flexibilidad de horarios, trámites online y clases prácticas a medida.