Hasta que llegue el 2035, fecha en la que dirán adiós a los concesionarios los coches de gasolina y diésel, nos enfrentamos a un mar de opciones: los motores a combustión de siempre, los híbridos sin enchufe, los enchufables, los eléctricos puros, los que mezclan gasolina y GLP… e incluso los de hidrógeno. Y cada motor tiene sus pros y sus contras, con consideraciones extras sobre cómo reponer energía (falta de gasineras, el alto precio de los carburantes, la necesidad de instalar un punto de recarga para un eléctrico…). Asñi las cosas, surge la duda de qué tipo de coche conviene más. Una pregunta a la que responde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
Partimos de la base de que la media de vida de un coche es de 14 años. Y de que según el Instituto Nacional de Estadística recorremos 15.000 km al año. Pero cada caso es particular, con lo que no está de más hacer un cálculo previo de lo que podemos necesitar. Y para guiarnos, la OCU nos echa una mano.
La organización ha analizado el costo de la gasolina o electricidad para cada tipo de motor. Y lo más importante: nos dice a partir de cuántos kilómetros se amortiza cada tecnología. Para sus cálculos, tomaron en cuenta el precio de combustible cada 100.000 km, considerando un consumo medio para un coche de tamaño y potencia promedio.
Echemos un vistazo a los precios de referencia que usaron:
En los híbridos enchufables, asumieron que el uso es 70% eléctrico y 30% de gasolina. Para los coches con motor bifuel gasolina-GLP, supusieron un uso 100% con GLP.
La conclusión es que, en general, para un uso normal y si piensas tener el coche más de 10 años, el motor de gasolina es el más caro a largo plazo. A partir de ahí, calculan el costo y la amortización de las demás tecnologías. Las cifras son estas:
Gasolina: Costo de combustible cada 100.000 km: 12.250 euros
Diésel:
Híbrido no enchufable:
Híbrido enchufable:
Eléctrico:
Bifuel gasolina+GLP: