El mercado actual está dominado por los SUV. Hace más de una década y media que estos modelos vienen ampliando su dominio en el mercado, relegando al ostracismo a otros modelos que arrasaron en los 90 y a principios de los 2000. Y los que más han sufrido este cambio han sido los monovolumen, un tipo de modelo que era un habitual en la mayoría de familias españolas. En la actualidad sobreviven algunos, pero su presencia en el mercado es casi residual.
Uno de los modelos que triunfó en aquella época fue el Ford Focus C-MAX, más tarde conocido como C-MAX a secas. Un modelo que destacaba por su espacio interior, con un gran maletero, su confort y su versatilidad. Y llegó para plantar cara a modelos como el Scénic o el Picasso.
Este modelo contaba con una configuración con tres plazas traseras, aunque aumentaba el confort interior abatiendo el asiento central, que no era demasiado cómodo para viajes largos, para conseguir una configuración de cuatro plazas. Los dos asientos resultantes, además, podían echarse un poco para atrás, sacrificando algo de maletero pero mejorando la comodidad.
Este modelo tuvo dos generaciones a la venta. Y aunque ya no está a la venta en Ford, sí se pueden encontrar modelos de segunda mano. Por unos 4.000 euros puedes encontrar versiones en muy buen estado de la primera versión. En todo caso, debes tener en cuenta que solo los gasolina matriculados a partir de 2006 empiezan a contar con la etiqueta C de la Dirección General de Tráfico (DGT), mientras que los diésel matriculados a partir de esa fecha cuentan con la etiqueta B. En este último grupo encontramos versiones como el 1.8 de 115 CV, el 1.6 de 109 CV, o el 2.0 TDCi de 135 CV, que es el único que cuenta con un cambio de marchas de seis relaciones que permite reducir el consumo en autopista (5,5 litros/100 kilómetros).
Eso sí, si tu presupuesto es más amplio, llegando hasta los 10.000 euros, también puedes encontrar muchas versiones de la segunda generaciones, más actuales y con más posibilidades donde elegir.