La evolución en los coches se han traducido, en muchas ocasiones, en una sobredosis de estímulos lumínicos. Cuando uno está yendo por la calzada, existen infinidad de condicionantes internos y externos que todo conductor debe tener en cuenta. Lo tiene que hacer, entre otras cosas, para mantener la seguridad de todos los usuarios. En los vehículos hay muchos testigos -las luces que se encienden en los diferentes huecos del salpicadero- que indican cuándo debes poner gasolina, qué tipo de luz estás utilizando o cómo están la presión de los neumáticos. Que el testigo de las ruedas se encienda es un indicador algo alarmante y se debe solucionar cuanto antes.
El testigo de las ruedas se enciende cuando el propio vehículo detecta una bajada en la presión de los neumáticos. Es una anomalía que, de demorarse en el tiempo una solución, puede provocar un accidente. En definitiva, es una señal que le permite al conductor saber que debe pasar por el mecánico o por alguna gasolinera para volver a poner los neumáticos con la presión adecuada. Por lo tanto, es casi de obligatorio cumplimiento para y comprobar qué está pasando con las ruedas para poder circular sin ningún compromiso extra.
¿Cómo llevas los neumáticos? Revisa su dibujo, 1,6 mm mínmo, y mide la presión en frío periódicamente. pic.twitter.com/RQnjGRwex7
— Dir. Gral. Tráfico (@DGTes) November 9, 2015
Una de las primeras reacciones al ver que el testigo de las ruedas está encendido es pensar que hay algún pinchazo. De ser así, lo que uno debe hacer es ir reduciendo la velocidad para detenerse en un lugar seguro y corroborar qué está pasando. Sin embargo, un posible pinchazo no es el único motivo por el que el testigo de los neumáticos puede encenderse:
Para que el testigo se apague, la cuestión inicial es sencilla: hinchar las ruedas para que recuperen la presión. Si el testigo sigue encendido y no se cumplen ninguno de los tres puntos indicados anteriormente, la recomendación clara es ir directamente al mecánico de confianza para averiguar qué está pasando.