Ford, una de las marcas más veteranas y con mayor cuota de mercado a nivel global, se encuentra frente a una situación inesperada: la realidad de los coches eléctricos. Aunque estos vehículos representan el futuro en la mayoría de los mercados y son líderes en algunos, Ford parece haber llegado tarde a esta tendencia, colocándose por detrás de otras marcas.
A diferencia de Tesla, que nació con el enfoque exclusivo en los coches eléctricos y ha estado vendiéndolos durante años, las marcas tradicionales como Ford han tenido que ajustar su oferta agregando modelos eléctricos a sus catálogos, lo que ha requerido inversiones millonarias en plataformas y construcción.
Sin embargo, estas inversiones no están rindiendo frutos, ya que las ventas de vehículos eléctricos no cumplen las expectativas, al menos no para Ford, Audi, Mercedes y otras marcas. Según los informes de 2023, por cada coche eléctrico vendido, Ford pierde 47.000 dólares, lo que supone una gran carga financiera para la empresa. No solo eso: los informes señalan que la firma espera unas 2024, Ford estima que la división Model E generara unas pérdidas de unos 5.500 millones de dólares. Es casi la mitad de los 10.400 millones de dólares de ganancias que, según anunció la firma, tuvo en 2023.
Las proyecciones de la marca apuntaban a que para 2026, los beneficios por venta de coches eléctricos deberían alcanzar el 8 por ciento, una meta que ahora parece inalcanzable. Con solo tres modelos eléctricos en el mercado, Ford se enfrenta a una competencia feroz, principalmente de Tesla y las marcas chinas, que están mejor posicionadas en este segmento.
Esta situación está generando preocupación en Ford y otras marcas, que están perdiendo la batalla en el mercado de los coches eléctricos. La competencia más fuerte y el retraso en ingresar al mercado han dejado a Ford en una posición desfavorable, donde sus modelos eléctricos como el Mustang Mach-e no logran competir con éxito.
A pesar de sus esfuerzos por adaptarse a la tendencia eléctrica, Ford enfrenta dificultades significativas para obtener beneficios en este sector. La falta de ventas y la competencia feroz están desafiando la posición de la marca en el mercado automotriz, obligándola a buscar soluciones innovadoras para mantenerse relevante en la era de la electrificación.