Con la llegada de Semana Santa, época de numerosos desplazamientos en coche, también se incrementa el riesgo de caer víctima de timos y estafas. Los delincuentes emplean diversas artimañas, desde las más simples hasta las más sofisticadas, para robar vehículos en las carreteras españolas.
Entre los métodos que han resurgido está el truco de la lata, un timo antiguo pero efectivo. Consiste en asegurar un extremo de una cuerda al vehículo en movimiento y en el otro extremo colocar una lata de bebida o conserva de aluminio. Al arrancar, el conductor escucha un ruido extraño que lo lleva a detenerse y salir del vehículo para investigar.
En ese momento de distracción, el ladrón se aproxima rápidamente al coche y aprovecha la oportunidad para sustraer objetos de su interior, o incluso huir rápidamente antes de que el conductor pueda reaccionar. Es un acto de oportunismo que puede dejar al propietario del vehículo sin su medio de transporte en cuestión de segundos.
Ante esta situación, las autoridades advierten sobre la importancia de no abandonar el vehículo con el motor en marcha ni dejar las llaves en su interior. Además, en caso de escuchar ruidos extraños u observar situaciones sospechosas, pero no notamos nada extraño en el motor, es crucial mantener la calma y continuar conduciendo sin detenerse.
Distanciarse unos 100 o 200 metros del lugar del incidente puede ser fundamental para frustrar el intento de robo, ya que priva al ladrón de la oportunidad de consumar su fechoría. Mantener la precaución y seguir adelante sin detenerse suele ser la medida más efectiva para evitar caer en este tipo de trampas.