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El motivo por el que los ricos no quieren los deportivos de Tesla

Tesla

Los deportivos de marcas como Rimac, Tesla o Bugatti, entre otras, no conquistan a los ricos: ¿cuál es el motivo? El CEO Maté Rimac, de lamarca que lleva su apellido, tiene su teoría basada en los pobres resultados de ventas del Rimac Nevera. Un modelo que con sus impresionantes 1.914 CV, se erige como el hypercar eléctrico por excelencia, pero que aún no despega como se esperaba.

Según el CEO Maté Rimac, la disminución en la demanda de vehículos eléctricos de alta gama se debe a un cambio en el mercado, influenciado por regulaciones y fabricantes que buscan estandarizar los coches eléctricos.

Rimac Nevera

Los ricos los prefieren de gasolina

Así lo ha señalado en la conferencia Future of the Car del Financial Times en Londres. "Los reguladores y algunos fabricantes nos presionan tanto que la narrativa ha cambiado. Nos están imponiendo cosas que no queremos, así que a la gente le repugna un poco toda esta aplicación forzada", apuntó Rimac.

Aunque las imposiciones regulatorias no suelen ser bien recibidas, en el mundo de los superdeportivos, la preferencia sigue siendo por motores ruidosos y sedientos de gasolina. Muchos clientes buscan diferenciarse y desean la sensación visceral que ofrecen los motores de combustión, en contraste con la serenidad de los eléctricos.

En la era del coche eléctrico, la velocidad de 0 a 100 km/h se ha convertido en el principal indicador de calidad deportiva, eclipsando otros aspectos como el comportamiento dinámico. Esto ha llevado a una obsesión por el rendimiento puro en lugar de la experiencia emocional que ofrecen los deportivos tradicionales.

Aviso a Tesla y compañía

Para muchos, la esencia de un deportivo va más allá de la aceleración. Se busca una conexión emocional, una experiencia que va más allá de los números en una hoja de especificaciones técnicas. Es ese factor intangible lo que falta en muchos deportivos eléctricos, incluidos los de Tesla.

La demanda de hiperdeportivos eléctricos no muestra signos de recuperación, según Rimac. Incluso marcas como Bugatti, ahora bajo su control, optan por desarrollar bestias con motores de combustión en lugar de seguir la tendencia eléctrica. Un aviso a marcas que también fabrican deportivos eléctricos como Tesla.

Pero este problema no solo lo sufren los superdeportivos de lujo. En segmentos menos exigentes, como los coches de 100.000 a 200.000 euros, la electrificación tampoco logra convencer a los clientes. Las ventas de modelos PHEV están por debajo de sus predecesores con motores de gasolina, sugiriendo que el encanto de los motores como el V8 sigue siendo fuerte en el corazón de los aficionados a los deportivos.

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