Los que tienen a Volkswagen como su primera opción a la hora de escoger una marca para ir a por un coche nuevo saben muy bien que el fabricante francés suele situar a sus modelos un escalón por encima respecto a sus rivales generalistas en lo que se refiere apreciar.
Una estrategia comercial que le ha dado muchas alegrías a la marca alemana, entre otras cosas porque, sin llegar a tener el alto precio que tienen las marcas premium, el estatus de Volkswagen se sitúa también por encima del de marcas como Peugeot, Citroën, Renault y compañía.
Son varios los modelos del fabricante alemán que, más allá de su precio, llevan años marcando el camino a otros modelos. Buenos ejemplos de ello son opciones como el Golf, el T-Roc o el Tiguan, siendo este último uno de los modelos más vendidos en Europa en los últimos años.
Un Tiguan que ha estrenado recientemente una nueva generación en la que Volkswagen ha optado por aumentar su tamaño, convirtiéndose así en una opción incluso más familiar y más atractiva.
Eso sí, como no podía ser de otra forma, el nuevo Tiguan no es una opción barata, ni en la versión de acceso. Y es que la versión más sencilla de todas superan los 33.000 € contando con todos los descuentos y promociones, un precio bastante más elevado que el que tienen algunos modelos de su categoría como es el caso del Kia Sportage, el Nissan Qashqai o el Hyundai Tucson.
La parte positiva en este caso es que cuenta de serie con un motor de gasolina de 130 caballos de potencia asociado a una transmisión automática y, sobre todo, a un sistema de micro hibridación ligera que le permite lucir desde su versión más barata de todas la etiqueta ECO de la DGT.