Parece que las cosas no le están yendo a Stellantis como tenía previsto. El conglomerado, fruto de la fusión entre PSA y Fiat-Chrysler, está recibiendo avisos de posibles serios problemas económicos en un futuro no muy lejano. Teniendo en cuenta que su beneficio neto durante el primer semestre de este 2024 ha caído un 48% hasta los 5.600 millones de euros, puede que la empresa necesite tomar medidas con algunas de sus marcas.
Con 14 firmas conformando el conglomerado, el CEO de la compañía, Carlos Tavares realizó a finales de julio unas declaraciones contundentes que generaron un gran revuelo en la industria. “Si no ganan dinero, las cerraremos. No podemos permitirnos tener marcas que no generen dinero”, señaló el ejecutivo, dejando claro que algunas marcas podrían desaparecer si no logran mejorar su rentabilidad.
Tras ello, cinco marcas quedaron señaladas: Chrysler, Dodge, Lancia y DS Automobiles y, la que más llamó la atención, Maserati. Llegó a decirse incluso que podría ser vendida a Ferrari. No obstante, Stellantis se apresuró a publicar un comunicado para desmentir los rumores.
Sin embargo, la cosa se ha vuelto a poner caliente. Frank B. Rhodes Jr., bisnieto del fundador de Chrysler, propuso a Carlos Tavares comprarle las marcas Chrysler, Dodge y Plymouth para ponerlas “bajo control estadounidense” y reanimarlas. Lo hizo en un mensaje que se hizo viral, lo que ha desperado nuevos rumores.
Tras este último episodio, Stellantis ha vuelto a salir al paso para desmentir que estén pensando en deshacerse de ninguna de sus 14 marcas. No obstante, sí les ha puesto fecha de caducidad, recordando que en 2020 se les exigió ser rentables y sostenibles en un plazo de 10 años.
Tavares ha dejado claro que, pese a los esfuerzos actuales, las marcas de Stellantis tienen un plazo limitado para demostrar su viabilidad. El horizonte marcado es 2030, y cada una de estas marcas tiene que consolidar un negocio sostenible y rentable si quieren seguir formando parte del grupo. En otras palabras, aunque no se prevén cierres inmediatos, la empresa ha puesto un límite temporal para que las marcas logren alcanzar los objetivos financieros establecidos.
Ya de por si eran marcas poco fiables (Maserati, Dodge, Lancia) o directamente sacadas de la manga (DS) pero si a eso añadimos que los ingenieros de Stellantis parecen haberse vuelto locos, se van a cargar el grupo entero y es una pena pero tenian que haber apostado por sus marcas de verdad Citroën, Peugeot, y por la fiabilidad en combustión y eléctrico. Tenían una clientela fiel pero han abandonado a sus clientes y su espíritu buscando los dividendos de sus accionistas. En dos o tres años no tendrán ni una cosa ni la otra