La Inspección Técnica de Vehículos (ITV) ha visto un aumento significativo en los suspensos, y la causa principal es el endurecimiento de los controles sobre las emisiones contaminantes. Esto ha convertido a esta revisión técnica en un obstáculo más complicado para los propietarios de vehículos, especialmente en un país donde el parque automovilístico tiene una media de 15 años de antigüedad, uno de los más envejecidos de Europa.
Uno de los factores que más ha influido en este incremento de suspensos es la reintroducción de la prueba OBD (On-Board Diagnostics). Esta prueba permite que los centros de ITV accedan directamente a la centralita del vehículo para verificar los datos relativos a emisiones y consumo, comparándolos con los valores originales homologados cuando el coche fue fabricado. Si estos valores no coinciden, se considera un defecto grave, lo que puede impedir que el vehículo pase la inspección.
Aunque la prueba OBD fue introducida inicialmente en 2018, su aplicación se suspendió durante la pandemia para evitar que los inspectores entraran en contacto con el interior de los vehículos. Sin embargo, su vuelta en 2023 ha hecho que los suspensos por emisiones se disparen, convirtiéndose en el principal motivo de rechazo en la ITV, por encima de otros fallos habituales como problemas en los sistemas de iluminación o los ejes y ruedas.
Según los datos recogidos en la Comunidad de Madrid, en casi 1,2 millones de inspecciones, más del 18 % de los vehículos no superaron la prueba, y el 8,8 % de estos fallos estuvo directamente relacionado con las emisiones. Esto ha desplazado a otros defectos, como los relacionados con la iluminación, que ahora representan el 8,2 % de los suspensos.
Este cambio en las exigencias de la ITV supone un desafío para los propietarios de coches antiguos, muchos de los cuales no pueden ajustarse a los estándares actuales de emisiones. Para algunos vehículos, no superar la ITV debido a las emisiones puede traducirse en una condena al desguace, ya que resulta inviable hacer que cumplan con los requisitos medioambientales actuales. Esto pone en evidencia el impacto de las nuevas normativas sobre un parque móvil que envejece sin parar. Asimismo, otras causas comunes de suspenso en la ITV son el alumbrado (8,2%) las ruedas (6%) y los frenos /2%).