Al principio parecía una apuesta precipitada, teniendo en cuenta que la versión actual seguía registrando récords de ventas. Tanto fue así que Fiat decidió mantener la versión saliente a pesar del lanzamiento de la nueva. Ahora el nuevo modelo, al menos de momento, no llegará al mercado. Fiat ha congelado su llegada a los concesionarios.
Estamos hablando del Fiat Grande Panda, presentado como una de las grandes promesas del mercado automovilístico, se ha encontrado con un obstáculo inesperado. A pesar de haber generado una enorme expectación tras su presentación el pasado verano, su lanzamiento ha sido congelado, dejando a sus seguidores y a los concesionarios en un completo mutismo sobre los motivos reales de este retraso.
Lo que parecía una decisión estratégica de mantener la versión actual en el mercado junto con la nueva, ahora se percibe como un problema mayor. Fiat, que pertenece al grupo Stellantis, enfrenta dificultades técnicas que están afectando tanto al desarrollo como a la llegada del modelo a los concesionarios. Este retraso no solo implica perder terreno frente a rivales como el nuevo Renault 5, sino también dejar escapar cuota de mercado en el competitivo segmento de los coches urbanos.
Uno de los problemas clave se encuentra en el software, que ha generado fallos significativos en los sistemas de asistencia al conductor. Este inconveniente, que ya había afectado al desarrollo del nuevo Citroën C3, parece haberse trasladado al Grande Panda. Dado que ambos modelos comparten gran parte de su arquitectura técnica y mecánica, las dificultades han sido inevitables, poniendo en jaque a la marca turinesa.
El retraso es considerable: los precios de la versión eléctrica no se anunciarán hasta 2025, y las primeras unidades no llegarán a los clientes hasta junio de ese mismo año. Esto representa un aplazamiento de un año respecto al calendario inicial, algo que pone al Fiat Grande Panda en clara desventaja frente a competidores que ya están disponibles.
Por si fuera poco, Fiat ha decidido priorizar el lanzamiento de las variantes eléctricas, lo que a su vez retrasa la llegada de la versión híbrida con motor tricilíndrico de 1.2 litros y 100 CV, que se proyectaba como la más vendida. Esta demora debilita aún más la posición de la marca en un segmento en plena expansión.
Aunque Fiat sigue contando con la versión actual del Panda, conocida como el "Pandina", está claro que este modelo no tiene la capacidad para competir con el nuevo Renault 5 ni con el Citroën C3. Este giro inesperado en el desarrollo del Grande Panda plantea serios desafíos para FIAT y Stellantis, dejando a la marca sin uno de los lanzamientos más esperados de la década.