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Volvo empieza a despedirse de uno de sus iconos

Volvo

El mercado automovilístico está cambiando y Volvo no es ajena a esta transformación. La marca sueca, que siempre ha sido reconocida por sus berlinas y familiares, ha visto cómo la creciente demanda de SUV eléctricos está afectando a sus planes de electrificación. A pesar de su intención inicial de mantener una gama diversificada, la realidad ha impuesto un nuevo rumbo: algunos modelos tradicionales deberán desaparecer.

Uno de los primeros afectados por este ajuste es el Volvo V90, un familiar icónico que ha representado durante años la esencia de la marca. Con la llegada del nuevo ES90 eléctrico, la compañía ha optado por reducir la oferta de carrocerías familiares en favor de los SUV, que dominan las ventas a nivel mundial. Esta decisión forma parte de una estrategia global en la que modelos como el XC90 seguirán conviviendo con sus versiones eléctricas, pero los familiares de combustión tienen los días contados. Una prueba más de que la era de los familiares premium está llegando a su fin en favor de los SUV.

Volvo V90

Volvo pone en marcha la retirada del V90

El proceso de despedida del V90 ya ha comenzado en varios mercados europeos. Desde Volvo han confirmado que la producción del V90 continuará hasta septiembre, aunque su retirada será progresiva dependiendo de cada mercado. En algunos países podría desaparecer antes, en función de las unidades disponibles y la demanda de los clientes.

En este contexto, Holanda ha sido el primer país en recibir una edición especial que marca el final de este modelo. Se trata del Volvo V90 T8 AWD Plug-in Hybrid Ultra - Executive Edition, una versión de alto lujo con equipamientos exclusivos, como tapicería de cuero napa, asientos con masaje y climatización, suspensión neumática trasera y un sistema de sonido premium Bowers & Wilkins.

Volvo V90

Edición especial para despedir a un icono

Bajo el capó, esta edición de despedida cuenta con un sistema híbrido enchufable que entrega 455 CV de potencia combinada. Su motor de gasolina 2.0 turbo desarrolla 310 CV, mientras que el motor eléctrico aporta 145 CV adicionales. La batería de 18,8 kWh le permite recorrer hasta 87 km en modo eléctrico, una cifra que, aunque destacable, se queda por debajo de la autonomía de algunos de sus competidores directos.

Esta decisión deja claro que la era de los familiares premium está llegando a su fin en favor de los SUV. Aunque el V90 ha sido un referente en su segmento, la estrategia de Volvo apunta a fortalecer su presencia en el mercado eléctrico, apostando por modelos que generen más interés comercial.

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