El mercado automovilístico en España continúa en crecimiento. En marzo de 2025, se matricularon 116.725 vehículos nuevos, lo que supone un incremento del 23,2% respecto al mismo mes del año anterior. En lo que va de 2025, las ventas acumulan un aumento del 14,1%, consolidando la recuperación del sector. Sin embargo, no todas las marcas están disfrutando de este buen momento.
Alfa Romeo, sin embargo, no es partícipe de este éxito. La situación es completamente distinta. La firma italiana sigue perdiendo peso en el mercado español, con unas cifras de ventas que reflejan su escasa influencia en el país. A pesar de los esfuerzos por revitalizar su catálogo, su presencia es cada vez más irrelevante en nuestro país.
Hace casi tres años, el grupo Stellantis lanzó un aviso claro a Alfa Romeo: la marca debía convertirse en rentable antes de que finalizara la década, o se tomarían medidas drásticas. Desde entonces, la firma ha trabajado en la ampliación de su gama para atraer a un público más amplio, pero los resultados siguen sin ser los esperados.
En ese momento, Alfa Romeo solo contaba con dos modelos en su oferta: el Giulia y el Stelvio, ambos situados en segmentos poco accesibles para el público general. Consciente de esta limitación, la marca apostó por una estrategia de expansión con modelos como el nuevo Tonale o el Junior, diseñado para competir en segmentos más populares. Sin embargo, el impacto en las ventas ha sido mínimo.
Las cifras son preocupantes: en marzo de 2025, Alfa Romeo apenas logró matricular 233 vehículos, lo que la sitúa en la 36ª posición del ranking de marcas más vendidas del mes. Si se analizan los datos del primer trimestre del año, la situación no mejora: con 941 unidades matriculadas, ocupa el 35º puesto en el acumulado de 2025.
Y en cuanto a los modelos que logra meter en el top 100, no podemos hablar. Básicamente, porque en marzo no ha sido capaz de meter a ninguno. Si la tendencia no cambia en los próximos meses, el futuro de Alfa Romeo dentro de Stellantis podría estar en serio peligro. La firma necesita un cambio de rumbo urgente si quiere mantenerse con vida.