El BMW X1 más barato viene con un problema que deberías conocer

El BMW X1 es uno de los SUV compactos más completos y deseados del mercado. Con un diseño elegante, un interior de alta calidad y una conducción que mantiene el espíritu deportivo de la marca, es fácil entender por qué tantos lo eligen. Mide 4.500 mm de largo, tiene una batalla de 2.692 mm y un maletero que va de 540 a 1.600 litros, lo que lo hace ideal tanto para el día a día como para escapadas en familia.

En su versión de acceso, el X1 arranca en 46.200 euros, y se ofrece con dos motores: el sDrive18i, un gasolina de 1.5 litros y 136 CV, y el sDrive18d, un diésel 2.0 de 150 CV. Ambos vienen con cambio automático Steptronic de 7 velocidades y tracción delantera. Las prestaciones son correctas: el gasolina acelera de 0 a 100 km/h en 9,2 segundos, mientras que el diésel lo hace en 8,9 segundos. El consumo oscila entre 5 y 6,5 litros cada 100 km.

BMW X1, una excelente opción en el segmento premium C-SUV

Además, el equipamiento es muy completo desde el inicio. Incluye dos pantallas digitales (de 10,25" y 10,7"), Apple CarPlay y Android Auto, volante deportivo en cuero, climatizador bizona, y ayudas como control de crucero adaptativo, asistente de aparcamiento o aviso de colisión frontal.

Ojo, las versiones más baratas no están electrificadas

Pero aquí viene el problema que no te cuentan: no está electrificado. A estas alturas, y en un coche premium que supera los 46.000 euros, es difícil justificar que ni siquiera incorpore un sistema mild hybrid (MHEV). La competencia, incluidos modelos más baratos, ya ofrece versiones microhíbridas o híbridas completas, que reducen consumo, mejoran la etiqueta ambiental y ofrecen una conducción más eficiente.

Así que sí, el BMW X1 básico es atractivo, completo y bien hecho. Pero si te importa la tecnología sostenible o buscas una etiqueta ECO, este modelo puede quedarse corto. Y eso, en un coche premium en pleno 2025, es algo que deberías tener muy en cuenta.