Sufrir un accidente es uno de los principales riesgos que tiene el motociclismo. Aunque a priori se puede pensar que lo que más preocupa a los pilotos son las lesiones físicas que puedan tener por una caída, la parte psicológica también tiene un papel fundamental.
El pasado domingo, durante el Gran Premio de Catalunya de MotoGP, se produjo un escandaloso accidente que por suerte sólo dejó al piloto Enea Bastianini con una fractura en el tobillo izquierdo, otra en el dedo índice de la mano izquierda y problemas en la mano del piloto Marco Bezzecchi.
Milagrosamente, el líder del campeonato, Pecco Bagnaia, a pesar de que fue atropellado durante el accidente y protagonizó momentos de tensión entre los espectadores, tan sólo salió ayudado de unas muletas y con golpes y contusiones, pero sin fracturas, del Hospital General de Catalunya ese mismo día.
En los últimos 10-15 años, la presencia de la figura del psicólogo deportivo en el motociclismo se está empezando a reconocer. Aunque, a pesar de este avance, “todavía tiene que consolidarse mucho más”, apunta Javier Bonilla, psicólogo especialista en Psicología Clínica y psicólogo deportivo.
“Algunos pilotos sí que cuentan con esta figura en sus equipos técnicos. Sin embargo, otros sólo acuden para aprender a manejar situaciones puntuales”, añade.
El accidente del domingo pasado se produjo recién empezada la carrera por lo que una vez que los pilotos con posibles complicaciones físicas fueron atendidos y sacados de la pista, la carrera se retomó.
Binder, el piloto que no pudo evitar atropellar a Bagnaia, reconoció que "lo más complicado de una situación así es volver a subir y continuar".
Javier Bonilla ha explicado a ElDesmarque que cuando se produce un accidente una carrera, en el tiempo que transcurre entre la caída y la vuelta a la pista del resto de pilotos, el psicólogo deportivo no debe actuar, y de hecho, ni debe estar en el box, apunta el experto Bonilla.
“Bajo mi punto de vista, creo que el psicólogo debe dar, tanto al piloto como al equipo en general, las herramientas y la confianza suficiente para que estos puedan afrontar dichas situaciones por sí solos”, explica.
“Tener un psicólogo en el box para cuando pasan este tipo de cosas, no es lo más recomendable, porque le puedes crear al piloto una dependencia a que tenga que hablar contigo siempre que sucede algo. Nosotros no queremos eso, sino que en el momento de una fuerte caída sea es el piloto, junto con su equipo, capaz de volver a estar concentrado”, añade.
Cuando la carrera acaba, la cosa cambia y aquí sí que comienza el trabajo del psicólogo deportivo. Haya o no haya habido accidente, esta figura debe ayudar al piloto a gestionar emocionalmente todo lo que ha pasado el fin de semana.
En caso de que haya sufrido una caída, “es muy importante que el piloto entienda qué es lo que ha pasado. Poder explicar por qué se ha caído le da a al piloto confianza y control”, apunta Javier Bonilla.
Ayudarle a recuperar la confianza en su pilotaje, en su moto, hacerle sentir que tiene todo bajo control y que puede volver a poner su moto al límite son los puntos principales que, según Bonilla, debe conseguir el psicólogo deportivo.
“Las caídas más difíciles de trabajar, y por ende de gestionar, son las aquellas que son imposibles de entender, en las que no sabes qué es lo que ha pasado”, destaca.
No sólo es el piloto accidentado el que necesita trabajar la parte psicológica tras una carrera, sino también, aquel que se ha visto envuelto en el accidente o lo ha provocado.
Binder también admitió que “es la peor pesadilla para cualquier piloto... bueno, ver a alguien ahí da miedo, os lo aseguro, pero ser el que le ha golpeado es aún más mierda, para ser sinceros".
En este caso, el papel del psicólogo deportivo consiste en trabajar con el piloto cualquier sentimiento de culpa que sienta.
“Entre los pilotos hay un fuerte sentimiento de comunidad, de hermandad. Hablando entre ellos y exponiendo que hizo todo lo posible para evitar el accidente, a pesar de no conseguirlo, este sentimiento de culpa se reduce” detalla el especialista en Psicología Clínica.
El psicólogo deportivo con el que ha hablado ElDesmarque defiende plenamente que “el duelo se cura en la tribu”.
Si se produce el fatal desenlace de que un piloto muere durante una carrera de motociclismo, “normalmente el apoyo grupal de equipo, familia y compañeros suele ser lo que más ayuda a ir transitando por ese duelo. Si hay algún signo de que el duelo pueda estar siendo más complicado de lo habitual, los psicólogos podemos intervenir para ayudar en ese proceso”, concluye el profesional Bonilla.