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Aumentan las lesiones en gimnasios: tendinopatías, dolores musculares y de espalda

Tras las vacaciones, aumentan las lesiones como tendinopatías, dolores musculares y de espalda, en el gimnasio, por el sobreesfuerzo y la sobrecarga.
Escribo sobre salud entre médicos y deportistas

Los excesos han protagonizado las vacaciones de verano de muchos de los españoles, por este motivo, tras estas, algunos son los que deciden apuntarse al gimnasio para quitarse esos kilos de más.

El inicio de una rutina saludable es también un propósito que se da en enero, pero como ya explicó ElDesmarque, la mente está mejor preparada para asumirla en septiembre que a principios de año.

Todos los expertos con los que ha hablado ElDesmarque, entrenadores personales, fisioterapeutas, médicos y enfermeras, coinciden en que septiembre es una de las épocas del año en la que más lesiones tratan, sobre todo de músculos y tendones, debido a tres factores:

  • El plazo en el que quieren conseguir los resultados es muy corto. “Quieren las cosas para ya”, indica  Jorge Gómez, miembro de la Federación Española de Entrenadores Personales y Fitness (FEEPYF).
  • Falta de progresión, tanto en ritmo -número de días- como en intensidad -peso de las cargas-. “El fallo que hacen nada más empezar es ir todos los días sin descansar. Piensan que cuanto más peso y más días mejor”, ejemplifica el mismo.
  • Falta de preparación y conocimiento previo, es decir, mal empleo de las máquinas y mancuernas por falta de experiencia.

Además, en el caso de los más jóvenes, sobre todo del género masculino, tienen otro punto a considerar. “Los chavales jóvenes tienen un problema con el ego. A pesar de que no hacen bien el ejercicio, poniendo en riesgo su salud por esto, tampoco se dejan ayudar”, argumenta el entrenador personal.

Tendinopatías, lesiones musculares y dolores de espalda: las lesiones más comunes por un entrenamiento en el gimnasio inadecuado

Antes de profundizar en las lesiones más comunes, es necesario diferenciar tres perfiles de deportistas. En primer lugar, el deportista nuevo, es decir, aquel que se apunta por primera vez al gimnasio. El segundo, el deportista que sí está habituado a ir al gimnasio, ya lo tiene como rutina, pero ha estado uno o dos meses sin ir.

Y el tercero es aquel deportista que cuenta con los conocimientos y la preparación previa, pero sus lesiones se producen por la cantidad de peso que cogen.

Enrique Sainz de Murieta García de Galdeano, médico rehabilitador y secretario del Grupo de Trabajo de Obesidad de la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF), distingue dos tipos de lesiones: “en tendones -tendinopatías- en localizaciones como hombros, codos y rodillas, y en menor medida aumentan también los dolores de espalda y lesiones musculares a nivel de cuádriceps, isquiotibiales, gemelos, pectorales, bíceps, etc.”

En cuanto a las lesiones de los deportistas más experimentados suelen sufrir “grandes roturas de tendones, fibras musculares, fracturas…aunque no es habitual que ocurra”, puntualiza el entrenador personal.

El sobreesfuerzo y la sobrecarga como causas directas

Teniendo en cuenta los tres puntos mencionados al principio y a raíz de esos comportamientos, el sobreesfuerzo y la sobrecarga, son los motivos principales por los que se producen este tipo de lesiones -dejando de lado esguinces, torceduras…-.

El sobreesfuerzo también se conoce bajo el tecnicismo de síndrome de sobreentrenamiento. “Se trata de un cuadro cínico producido por un desequilibrio entre el entrenamiento y la recuperación. Se produce con frecuencia en deportistas, pero también en personas que realizan entrenamientos sin el descanso necesario”, explica el facultativo Sainz de Murieta.

Este mismo añade que “se manifiesta por un amplio rango de respuestas que van desde la fatiga aguda, lesiones por sobrecarga e incluso infecciones respiratorias”.

Asimismo, estas lesiones pueden prevenirse. “Asegurando la recuperación que debe incluir una adecuada hidratación y nutrición, un sueño de calidad en cantidad, relajación y evitar el estrés. Los grandes deportistas lo conocen muy bien”, concluye.

En cuanto a la sobrecarga se produce cuando se ejecuta “un gesto mecánico deportivo repetitivo que no está bien ejecutado”, define Pablo Berenguel, Responsable del Grupo de Trabajo de Medicina Deportiva de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia.

Ante el dolor, hay que parar siempre

El dolor, a pesar del dicho ‘no pain no gain’, no es bueno en ningún caso. “Cuando te duele algo, el cuerpo te está diciendo que pares. El escuchar a tu cuerpo es fundamental y cuando duele, hay que parar y bajar la intensidad”, explica Rosa Pérez, enfermera Responsable de la Divulgación Sanitaria a la Ciudadanía de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES).

Además del dolor, otra forma de controlar el estado del cuerpo es a través de la frecuencia cardiaca máxima. “Es algo más complicado, pero se mide contabilizando las pulsaciones. En hombres hay que restar la edad a 220 y en mujeres a 226”, indica la enfermera. La cifra que salga de dicha operación es la frecuencia cardiaca del corazón y no debe superarse.

“En algunos casos, el dolor aparece inmediatamente y hay que parar la realización del ejercicio para no agravar el daño tendinoso. En localizaciones como el tendón rotuliano en la rodilla o el tendón de Aquiles, el dolor aparece de forma tardía, tras un período de latencia sin dolor (horas después del ejercicio) y de forma intensa”, explica el rehabilitador de SERMEF.

Cómo actuar ante una posible lesión en el gimnasio

“Lo que tiende a hacer el usuario cuando nota dolor, es esperar a que se le pase. Nosotros recomendamos que si en 24-48 horas no se ha pasado, se debe consultar siempre al personal sanitario especializado, en este caso, el fisioterapeuta”, recomienda Fernando Ramos, presidente de la Asociación Española de Fisioterapeutas (AEF).

“Un tratamiento rehabilitador adecuado proporciona en, la gran mayoría de casos, una mejora sintomática significativa y un retorno con éxito a la actividad física previa de forma más rápida”, explica el miembro de SERMEF.

Además, el fisioterapeuta Ramos añade que recibir un tratamiento adecuado y a tiempo “hace que evitemos lesiones futuras”.

El especialista en Medicina Deportiva puntualiza que a día de hoy todavía hay médico que ante este tipo de lesiones todavía siguen recomendando reposo absoluto, cuando ya se ha visto que perjudica más que beneficia. “A día de hoy, somos muy pocos los profesionales médicos sanitarios que tenemos orientación deportiva. Nos falta mucho camino por recorrer, pero no sólo a nosotros, sino a la sociedad en general puesto que el ejercicio físico es un arma terapéutica de una efectividad, eficacia y evidencia científica sin duda”.

Pautas para evitar la lesión en el gimnasio

Los pasos que se deben seguir para evitar lesiones por sobreesfuerzo y sobrecarga, según ha enumerado el facultativo Pablo Berenguel y el presidente de AEF a ElDesmarque son:

  1. Reconocimiento médico deportivo precompetitivo, incluso para saber el punto base del que parte la población general, sobre todo si padece una patología previa.
  2. Análisis de las cuatro variables: fuerza, ejercicio aeróbico, estabilidad y elasticidad. Los ejercicios deben realizarse en función de estas.
  3. Importancia al calentamiento para preparar la movilidad articular.
  4. Ejercicios globales que incluyan todos los músculos y articulaciones. Ir aumentando y focalizando los ejercicios de forma progresiva.
  5. Uso de máquinas dirigidas en lugar de mancuernas.
  6. Estiramiento antes de acabar.

El tipo de personas que suele lesionarse es muy variado

A pesar de que cualquier persona inexperimentada puede lesionarse debido a una falta de asesoramiento, hay perfiles que simplemente por su edad, sexo o tipo de actividad física asumen más riesgos.

“Las mayores de 35 años tienen mayor incidencia de tendinopatías por uso excesivo, como la del manguito rotador. A medida que los tendones envejecen, pierden su capacidad de almacenamiento de energía y también se reduce la capacidad del tendón para reparar el microtraumatismo continuo que se produce durante la actividad de carga del tendón. Por lo tanto, a más edad los tiempos de descanso tienen que ser mayores”, destaca el rehabilitador.

Este también añade que el sexo influye. “La causa parece deberse a una combinación de variables biomecánicas -p.ej., diferencias en los ángulos de la cadera a la rodilla- e influencias hormonales -p. ej., niveles de estrógenos y estado menopáusico-”.

El fisioterapeuta Ramos añade que lo que más suele tratar son dos perfiles: ‘el corredor’ y ‘el del gimnasio’. El primero “empieza el propósito del nuevo curso y lo que quiere hacer es correr, pero sin técnica. Suelen venir con problemas de espalda y rodilla por hacer demasiada distancia y tendinopatías relacionadas con la musculatura que llega al pie porque el calzado no es el adecuado”. El segundo “llega con problemas de hombro y columna vertebral porque mueven máquinas sin preparación previa”.

Falta personal cualificado en los gimnasios y concienciación sobre el ejercicio de fuerza

El entrenador personal considera que este problema, las continuas lesiones en el gimnasio en gente novel, es porque estas instalaciones no invierten en personal cualificado y con experiencia para que les guíe y ayude.

Además del intrusismo que tiene la profesión ya que muchas de estas personas acuden a presuntos profesionales, pero que en realidad no lo son. “En esta profesión se mueve mucho dinero por lo que hay que estar muy seguro a la hora de elegir bien al preparador y no guiarse sólo por las apariencias”.

Por otro lado, Enrique Sainz de Murieta de SERMEF apunta que “tenemos que cambiar la concepción que se tiene del ejercicio de fuerza. Es mucho más que un medio para mejorar la estética. Es una herramienta efectiva tanto para mejorar la expectativa de vida, a través de la prevención y tratamiento de enfermedades -diabetes, osteoporosis…- como para mejorar la funcionalidad en todas las etapas vitales incluyendo la vejez”.

“Los riesgos, que pueden evitarse con un asesoramiento adecuado, son insignificantes en relación a los beneficios. Si se pudiese producir una píldora que consiguiese los mismos beneficios que el ejercicio de fuerza con los mismos riesgos, sería sin ninguna duda la más consumida en todo el mundo”, concluye él mismo.

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