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Hernia de hiato: la enfermedad que en su fase inicial se trata con un cambio de vida

El dolor en el abdomen o en el pecho es uno de los síntomas más comunes de la hernia de hiato.
Escribo sobre salud entre médicos y deportistas

Hasta un 20% de la población puede padecer hernia de hiato, apunta la especialista en digestivo, Rebeca Ruiz Morales, del Hospital Cruz Roja de Córdoba. Pero, ¿qué es y en qué consiste exactamente esta patología?

Antes de abordar el tema en profundidad, es importante dejar claro que siempre que se sospeche que podemos tener una hernia de hiato es importante acudir a un centro sanitario y dejarse guiar por un especialista.

La hernia de hiato se produce cuando el estómago se desplaza hacia la cavidad torácica a través una pequeña abertura del músculo que separa el tórax del abdomen, esta se denomina técnicamente como hiato esofágico.

Dicho movimiento se genera cuando el tejido muscular del diafragma se debilita y la apertura por la cual el esófago se une al estómago, se agranda.

El tipo más frecuente de hernia de hiato es el producido por deslizamiento, se da en el 90-95% de los casos. En este tipo se produce la unión entre el esófago y el estómago y una parte de este último se desliza por encima del diafragma.

Tipos de hernia de hiato: por deslizamiento, paraesofágica y mixta. (Revista Farmacia Profesional)

¿Por qué se produce la hernia de hiato?

Aunque no en todos los casos se conoce la causa por la que se produce una hernia de hiato, desde Cruz Roja señalan algunas de las razones más comunes:

  • Al toser de forma brusca o en vómitos repetitivos, debido a la presión persistente e intensa que se produce en los músculos que rodean al estómago.
  • Al hacer presión durante la evacuación intestinal.
  • Por levantar objetos pesados.
  • Por obesidad.
  • Cambios en el diafragma relacionados con la edad.
  • Cuando se diagnostica en niños suele ser congénita, es decir, nacen con ella.

¿Cuáles son los síntomas principales?

La mayoría de las hernias de hiato suelen ser pequeñas por lo que estas personas tienden a ser asintomáticas, señala el Manual MSD.

Cuando tienen síntomas suelen ser muy débiles y generalmente están relacionados con la indigestión y con el reflujo gastroesofágico que causa inflamación y dolor en la parte inferior del tórax -esta enfermedad la sufren menos del 50% de los pacientes con hernia de hiato-.

Sobre todo, dichos síntomas se hacen más visibles al inclinarse hacia delante, al hacer esfuerzos, levantar objetos pesados y durante el embarazo.

A medida que la hernia de hiato es más grande, lo síntomas son mucho más claros, teniendo en cuenta que la comida y los jugos gástricos ácidos del estómago regresan al esófago provocando su irritación. Entre los síntomas más comunes la especialista en aparto digestivo destaca:

  • Ardor de estómago.
  • Flatulencia.
  • Dolor abdominal o dolor en el pecho.
  • Sensación de saciedad después de las comidas.
  • Mal aliento o tos seca.
  • Problemas para tragar.
  • Vómitos con sangre o heces negras que pueden indicar un sangrado gastrointestinal.

¿Cómo se diagnostica una hernia de hiato?

Existen tres formas para diagnosticar una hernia de hiato, apuntan en la Revista Farmacia Profesional:

  • Estudio radiológico con contraste de bario, se comprueba cómo los pliegues gástricos ascienden por encima del diafragma.
  • Radiografía de tórax, indicada sobre todo para las hernias de hiato de mayor tamaño al verse como una masa por detrás del corazón.
  • A veces, endoscopia para las más grandes. Existe una separación evidente entre el cardias -parte del estómago más cercana al esófago- y la compresión diafragmática.

¿Se puede tratar una hernia de hiato sin pasar por quirófano?

Teniendo en cuenta que la mayoría de las hernias de hiato son asintomáticas, cuando esta está en fase inicial habitualmente puede solucionarse con cambios en los hábitos de vida, medicación y alimentación, explican desde Cruz Roja.

Lo más importante para reducir los síntomas es bajar de peso, así el abdomen no tiene tanta presión.

  • Evitar comidas abundantes que dificulten la digestión.
  • Cinco comidas ligeras al día.
  • Comer lentamente y masticar bien los alimentos.
  • Cenar dos o tres horas antes de acostarse.
  • Evitar los rebozados, fritos y alimentos a la plancha muy tostados.
  • Evitar los alimentos muy fríos y muy calientes.

¿Qué alimentos son los más aconsejados?

  • Lácteos desnatados.
  • Carnes poco grasas.
  • Pescados blancos -el pescado azul se puede tomar de forma moderada-.
  • Verduras y cereales -cuidado con la coliflor, las alcachofas o las coles de Bruselas que son muy flatulentas-.
  • Frutas maduras, al horno o en compota.
  • Agua, infusiones suaves, caldos o zumos no ácidos.

Y, ¿qué alimentos se deben evitar?

  • Alimentos muy grasos, ácidos, picantes, en escabeche o muy salados.
  • Salsas, pescados en escabeche o salados.
  • Carnes grasas, quesos curados o lácteos enteros, embutidos, vísceras, frutos secos, productos de bollería y chocolate.
  • Alcohol, bebidas con gas, té o café.
  • Evitar tomate, vinagre, cítricos e incluso el yogurt en la cena.
  • El ajo, la cebolla o el pimiento favorece el reflujo.

¿Cuándo hay que operar una hernia de hiato?

Cuando la hernia es demasiado grande o los síntomas que produce son más graves, como por ejemplo: inflamación o estrechamiento del esófago, úlcera, anemia por déficit de hierro, entre otros, o los pacientes ya no responden al tratamiento médico, la especialista indica que "la mejor opción es realizar intervención de la hernia de hiato por vía laparoscópica -introduciendo una pequeña cámara por dentro del abdomen-".

El objetivo de esta cirugía es reducir la hernia y cerrar el hiato, para recuperar la función del esfínter que une el esófago con el estómago y así evitar el reflujo de ácido hacia el esófago. Se hace con anestesia general y dura entre dos y tres horas.

Ventajas y contraindicaciones de la cirugía de hernia de hiato

Como ya hemos mencionado anteriormente, la finalidad de la operación es: aliviar el dolor, eliminar el reflujo y ayudar al organismo a su correcto funcionamiento. En resumen, una mejora de la calidad de vida del paciente.

Algunos de las ventajas que va a experimentar tras la intervención son:

  • Desaparición progresiva de los síntomas del reflujo.
  • Disminución y desaparición del ardor de garganta y de la ronquera o tos crónica.
  • Es posible volver a disfrutar de alimentos que antes no era posible consumir.
  • Aumento de horas de sueño y mejor descanso por la noche.
  • Desaparición de dolores musculares en relación a la falta de sueño y el cansancio crónico.
  • Mejora el estado de ánimo.
  • Disminución de síntomas intestinales como distensión abdominal, dolor abdominal cólico y alteraciones del hábito intestinal.

Aunque también hay que tener en cuenta que toda cirugía tiene unos riesgos. A pesar de que esta no es muy compleja y la probabilidad de éxito es alto, sobre todo cuando la intervención está muy reciente se pueden experimentar los siguientes síntomas:

  • Sangrado, infección o lesión de órganos vecinos por la anestesia general.
  • Dificultad para tragar, por la hinchazón del área operada.
  • Dificultad para vomitar y posible aumento de flatulencia y diarrea -suelen desaparecer en poco tiempo-.
  • Dificultad para eructar o hinchazón durante los primeros seis meses.

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