En este 14 de noviembre, Día Mundial de la Diabetes, es importante dar voz a la enfermedad con la que viven cada día 463 millones de personas en el mundo, cifra que no deja de aumentar año tras año. El diagnóstico de dicha patología tiene un gran componente emocional, al suponer un cambio radical en el estilo de vida de la persona diagnosticada.
La diabetes es una enfermedad crónica caracterizada por un aumento de los niveles de glucosa -azúcar- en sangre. Dicho incremento se produce porque el páncreas no produce insulina o el cuerpo no la utiliza de forma correcta, explican desde el Hospital Clínic de Barcelona.
Aunque existen distintos tipos de diabetes -tipo 1, tipo 2, gestacional, secundarias a tratamientos farmacológicos...- la que representa entre el 80% y 90% de los casos diagnosticados es la diabetes tipo 2 y su desarrollo está muy vinculado con la obesidad y el sedentarismo. Lo más preocupante "es que la mitad de las personas que la sufren no lo saben, porque en las fases iniciales de la enfermedad no da síntomas".
Algunas personas, antes de desarrollar la diabetes tipo 2, su médico les diagnostica prediabetes. Esto significa que los niveles de azúcar en sangre son más altos de lo normal, pero no lo suficientemente altos como para que se diagnostique diabetes, detalla el Programa Nacional de Prevención de la Diabetes.
A menudo, esta patología, la prediabetes, puede revertirse, siempre y cuando se produzca un cambio en el estilo de vida. En cuanto al tratamiento de la diabetes, obviando el tratamiento farmacológico, los cambios en el estilo de vida son clave tanto para controlar la enfermedad como para tener una mejor calidad de vida en el día a día.
En primer lugar, se tenga diabetes o no, tener una alimentación saludable es fundamental, y más aún cuando se necesita bajar de peso. De hecho, según el National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases, se puede prevenir o retrasar la aparición de la diabetes si dicha persona pierde entre un 5-7% de su peso inicial.
El ejercicio, se tenga o no diabetes, es otro factor clave para tener un estilo de vida saludable. Al menos 30 minutos de actividad física cinco días a la semana, es lo que recomienda, como mínimo, el instituto estadounidense.
Aquí, la diferencia radica en que si se tiene diabetes, es importante planificar con su médico el tipo de actividad física que se va a hacer y cuándo, para evitar una hipoglucemia, es decir, una bajada excesiva de azúcar.
Además de la consulta con el facultativo, en Diabetes a la carta ofrecen pautas de cómo calentar, cómo evitar una hipoglucemia tras hacer ejercicio, cómo programarse el entrenamiento si se quiere hacer ejercicio tres, cinco o todos los días de la semana...
La diabetes más frecuente en niños es la diabetes tipo 1, de ahí el nombre de diabetes juvenil, cuya edad de inicio más frecuente es entre los 11-14 años. Sin embargo, cada vez son más los niños que desarrollan diabetes tipo 2, debido a que está estrechamente vinculada con el aumento de la obesidad y sobrepeso infantil.
Además de lo mencionado anteriormente, que también se aplica a los más pequeños, alimentación adecuada y ejercicio diario, desde Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades recomiendan reducir el tiempo que pasan frente a las pantallas para bajar de peso.
Dicha limitación no va orientada a que ese tiempo lo dediquen a hacer ejercicio físico, que también, sino porque una investigación concluyó que mientras los niños ven la tele comen mucho más, sobre todo refrescos, que cuando están haciendo cualquier otra actividad.
A pesar de que la diabetes tipo 2 es un tipo de diabetes "evitable", en muchos casos, no siempre es así, ya que la edad, la genética, tener antecedentes de diabetes gestacional -tipo de diabetes que se da durante el embarazo- o la intolerancia oral a la glucosa son también factores de riesgo.
A día de hoy, la diabetes es una enfermedad que afecta a más de 400 millones de personas en el mundo y se prevé que esta siga aumentando con el paso de los años, situándose en el 2040 como la séptima causa de muerte. En España 5 millones de personas tienen diagnosticada diabetes tipo 2 y 10,8 millones tienen obesidad.