El ibuprofeno es un fármaco bien conocido por todos. De hecho, es habitual que en la mayoría de los hogares haya una caja de este medicamento, teniendo en cuenta que las dosis más bajas pueden comprarse en la farmacia sin receta.
No obstante, es importante conocer bajo qué síntomas debo tomarlo y cuál es la dosis máxima diaria. Además, conviene saber sus contraindicaciones, así como los posibles efectos secundarios.
Aunque todos estos puntos aparecen en el prospecto que viene junto al fármaco, en este artículo Pablo Caballero, farmacéutico del área de Divulgación Científica del Consejo General de Colegios Farmacéuticos, ha incidido en alguno de ellos.
El ibuprofeno está indicado para tres sintomatologías diferentes: dolor, inflamación y determinados procesos reumáticos y traumatológicos.
El dolor que palia dicho fármaco puede ser ocasionado por múltiples causas y su intensidad es leve o moderada, como por ejemplo: el dolor de cabeza, la migraña, el dolor dental, el dolor asociado a la menstruación o los dolores musculares.
En cuanto a su actividad antiinflamatoria, teniendo en cuenta que es un antiinflamatorio no esteroideo, es útil en caso de faringitis, otitis o amigdalitis. Dichas afecciones suelen estar asociadas a una infección, por lo que el ibuprofeno también ayudará a reducir la fiebre y el dolor.
Y por último, también está indicado para determinados procesos reumáticos, como la artritis reumatoide, la artrosis o la espondilitis anquilosante, así como para procesos traumatológicos como puede ser un esguince, al reducir tanto el dolor como la inflamación.
Las dosis líquidas o de suspensión oral que no sean superiores a 600 mg no necesitan un diagnóstico preciso para ser consumidas ni tampoco están financiados por la Seguridad Social por lo que se clasifican como medicamentos no sujetos a prescripción médica.
Al comprarlo en la farmacia comunitaria, el propio farmacéutico puede ofrecerte el consejo oportuno dependiendo de los síntomas que presentes.
No obstante, si dichos síntomas no desaparecen en un plazo de 5 a 7 días, es conveniente acudir al médico por si la patología requiere otro tipo de fármaco más específico.
Aunque las dosis que debemos tomar dependen mucho de la edad, los síntomas y de si el ibuprofeno se combina con algún otro principio activo, por lo general, las pautas recomendadas, dependiendo de si es adulto, adolescente o niño son las siguientes:
Aunque el ibuprofeno es un medicamento relativamente seguro, siempre y cuando se tome conforme a las recomendaciones de los profesionales y del prospecto, no está exento de efectos adversos.
La capacidad para irritar el estómago es uno de los efectos secundarios más frecuentes. Puede provocar dolor de estómago, ardor, náuseas, vómitos o diarrea, sobre todo cuando se usa en dosis altas, durante mucho tiempo, en pacientes que ya presentan algún daño en la mucosa gástrica o toman otros fármacos gastrolesivos.
Para evitar esta irritación se aconseja tomar dicho medicamento junto con las comidas.
Si se abusa en gran medida de este fármaco, considerándose intoxicación grave, pueden ocurrir mareos, pérdida de consciencia, daños renales y hepáticos e incluso coma.
Consumir ibuprofeno mientras se está tomando alcohol está totalmente contraindicado ya que si de por sí dicho fármaco es gastrolesivo, al mezclarse con esta sustancia pueden potenciarse los efectos adversos gastrointestinales.
De esta forma, el riesgo de sufrir hemorragias o una úlcera gástrica o duodenal aumenta.