Las manchas en la cara son una cuestión por la que muchas persona, sobre todo mujeres suelen preocuparse. En ocasiones, el motivo de su preocupación es simplemente estético, y no tanto por si son o no benignas. Pero, ¿hasta qué punto una persona, sea hombre o mujer, debe preocuparse por una mancha en la cara?
"Más que preocuparnos, debemos ocuparnos y consultarlo con el dermatólogo", sentencia Cristina Serrano Falcón, la miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) a ElDesmarque.
La edad, el fototipo, es decir, la capacidad que tiene la piel para asimilar la radiación solar, y la exposición al sol influyen en la aparición de manchas así como en el tipo de mancha que puede salir.
Siempre que una mancha empiece a darnos problemas debemos ocuparnos de ella, aconseja la dermatóloga. Es conveniente observar si crece, cambia de color, se hace irregular, sangra, se forma costra o empieza a tener escamas.
Son manchas difusas que suelen salir en la frente, en las mejillas o en el labio superior. Tienen una relación muy importante con las hormonas y aparecen más en mujeres que en hombres. Durante el embarazo se denominan cloasmas.
Dichas manchas se acentúan en los meses de verano y se generan por una sobreexcitación de las células que producen el pigmento al exponerse a cualquier tipo de luz.
La dermatóloga explica que la gente piensa erróneamente que las manchas sólo salen al exponerse al sol, pero en realidad pueden aparecer ante todos los tipos de radiación y/o luz.
Para que dichas manchas desaparezcan es importante bloquear la luz de forma permanente. "Esto se consigue con fotoprotectores de amplio espectro durante las 24 horas del día los 365 días del año", matiza.
Los lentigos son las manchas que se conocen popularmente como pecas y tienden a salir en las zonas expuestas al sol como las mejillas, la frente, el escote, el dorso de las manos y hombros.
"Estas manchas nos indican que dicha persona ha abusado del sol", aclara la doctora Serrano.
Las personas con fototipos más bajos son las que tienen la piel clara, los ojos claros y el pelo rubio, y tienden a quemarse más que a broncearse, mientras que los fototipos altos casi nunca se queman. No obstante, "nadie está libre de riesgos", recuerda la dermatóloga.
Con tratamientos tópicos estas manchas mejoran, es decir, se aclaran, pero no se eliminan. Para quitarlas por completo es necesario un procedimiento químico o físico, como el uso de láseres o de luz pulsada.
Al principio son manchas planas marrones, pero poco a poco van creciendo con apariencia similar a la de las verrugas. Aparecen con la edad en cualquier parte del cuerpo y tienden a ser hereditarias.
Aunque son crecimientos benignos, suelen extirparse mediante tratamiento quirúrgico.
Pueden corresponder a queratosis actínica, es decir, lesiones precancerosas que deben tratarse para evitar que se conviertan en un tipo de cáncer.
Aparecen como pequeñas tumores que a veces se hacen herida y no terminan de cerrar ni curar. Son malignos y cuanto antes se quiten mejor pronóstico tendrán.
Son los tumores de peor pronóstico, señala la miembro de AEDV. Pueden aparecer en cualquier zona donde haya pigmento, es decir, en cualquier parte del cuerpo, aunque en la cara son menos frecuentes.
Suelen ser "manchas marrones que van creciendo con el tiempo, se vuelven asimétricas, con bordes irregulares, con múltiples colores y con más de 6 milímetros de diámetro", detalla.
A pesar de la gran variedad de manchas que pueden aparecer en la cara, "siempre que se haga una fotoprotección adecuada desde la primera infancia, se pueden evitar casi todas, exceptuando las de componente genético", concluye la doctora Serrano.
E ahí el motivo por el que es esencial estar pendiente de los niños y los menores para que se apliquen crema solar correctamente y constantemente.