La depresión es un trastorno mental que parece estar a la orden del día, pero en realidad, aún nos queda mucho por aprender, trabajar y mejorar como sociedad. Con motivo del Día Mundial de la Lucha contra la Depresión, en ElDesmarque hemos querido poner el foco en las personas que conviven con una persona con depresión y no tanto en la sintomatología y en el tratamiento de la propia enfermedad.
Aunque no sé le da la importancia que debe, el entorno que rodea a una paciente con depresión -hablamos en femenino ya que afecta a más mujeres que a hombres- es fundamental. No es tanto la cantidad de personas que tenga, sino la forma en la que estas empatizan con dicha persona.
Dando por hecho que una persona con depresión está tratada -tratamiento psicológico y/o psiquiátrico-, al igual que lo está una persona con cáncer o con el colesterol alto, esta sabe de sobra lo que tiene que hacer, pero no siempre es capaz de hacerlo debido a que dicha enfermedad afecta al desarrollo normal de su vida diaria.
El tema es que dicho episodio depresivo puede agravarse cuando las personas más cercanas de su entorno le repiten una y otra vez lo que tiene que hacer, a pesar de que estas lo hacen con buena intención pensando que de esa forman ayudan.
"En consulta, muchos pacientes nos hacen referencia a que en su entono les dicen siempre: "no tienes por qué estar triste", "lo que tienes que hacer es salir a la calle", "tienes que ponerte buena ya", es decir, consejos rápidos que no solucionan nada", explica la neuropsicóloga clínica, Alba García.
En el centro donde ella ejerce suelen tener un par de sesiones con sus familiares más cercanos o con su pareja para explicarles cómo llegar a empatizar con esa persona.
"Pueden decirles frases tipo: "no me puedo imaginar lo difícil que es estar en tu estado, pero si quieres yo te puedo acompañar a dar el paseo que el psicólogo te ha recomendado" o "nos podemos apuntar a esta actividad juntos" y de esa forma acompañamos a la persona en el proceso", aclara la neuropsicóloga.
Esta incide sobre todo en que "no le podemos decir a una persona con depresión "entiendo por lo que estas pasando" cuando realmente no es así, porque nunca hemos sentido nada parecido -en caso de que así sea-".
La profesional asegura que aún no somos conscientes de que los trastornos mentales también son enfermedades, al igual que lo es el alzhéimer o la celiaquía, y por ende llevan un proceso de recuperación el cual no es tan rápido como nos gustaría.
Según la Organización Mundial de la Salud, a escala mundial, 280 millones de personas sufren depresión. Más del 10% de las embarazadas y de las mujeres que acaban de dar a luz experimentan depresión. Cada año se suicidan más de 700.000 personas, siendo la depresión uno de los principales motivos para hacerlo. Entre los 15 y los 29 años el suicidio es la cuarta causa de muerte más común.