El ejercicio físico y el embarazo no están contraindicados, salvo que un profesional sanitario diga lo contrario. De hecho, son muchas las influencers y famosas que muestran cómo practican deporte de forma segura mientras están embarazadas.
Además de no estar contraindicado, está incluso recomendado debido a la gran cantidad de beneficios que aporta tanto a la madre como al bebé. Uno de los estudios que lo confirman es el realizado por un grupo de investigadores de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte de la Universidad Politécnica de Madrid.
A pesar de que los beneficios son más que evidentes, según los estudios, "menos de un 20% de las mujeres gestantes del planeta cumplen con las recomendaciones internacionales de mantener un mínimo de 150 minutos semanales de actividad física moderada. En España la situación es similar -19,7%-", contextualiza el investigador de INEF-UPM, Rubén Barakat.
Los resultados hallados han puesto de manifiesto beneficios de diversa índole. En primera lugar, han reflejado que el ejercicio físico en el embarazo reduce en un 50% el riesgo de desgarros perineales -tienen lugar durante el parto- y en un 20% el riesgo de incontinencia urinaria.
Ambos factores cada vez son más frecuentes, debido, en parte, al estilo de vida moderno, y no sólo repercuten a la mujer de forma fisiológica sino también les afecta a nivel psíquico y emocional.
Otro de los hallazgos es que la posibilidad de cesárea se ve reducida en un 21% y la de parto instrumental en un 16%. Junto a esto, otro parámetro que observaron es que las mujeres activas físicamente tienen una primera fase del parto más corta -una media de 62 minutos menos-.
El último punto que recogen los investigadores es que el riesgo de macrosomías es menor, es decir, el peso del nacido es más adecuado. Estos indican que puede deberse a que el entorno intrauterino de una mujer activa está más equilibrado desde el punto de vista metabólico.