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El desafío de Pablo, Luis y Julio para visibilizar la discapacidad visual: "Es algo más duro de lo que te puedes imaginar"

Cinco días ciegos para visibilizar la discapacidad visual (Instagram de @amodonuestro).
Escribo sobre salud entre médicos y deportistas

Pablo, Luis y Julio son tres jóvenes que se propusieron salir de su zona de control, y para ello decidieron ponerse un antifaz durante cinco días seguidos.

El objetivo era empatizar, así como visibilizar y concienciar sobre la discapacidad visual, especialmente sobre los casos más graves como es la ceguera.

Durante su desafío se pusieron en contacto con tres personas que sí que eran realmente ciegas para que ofrecieran sus testimonios en el reportaje a cerca de lo que es vivir con este problema.

Principalmente con este desafío han aprendido a apreciar la vista. "Es algo que lo damos por sentado", ha recalcado Pablo, uno de los jóvenes que forman el grupo A Modo Nuestro -nombre con el que se identifican en las diferentes plataformas- para ElDesmarque.

"Necesitas gente que te ayude tanto física como mentalmente"

Aunque se refieren al reto como un antes y un después tras haber vivido cinco días en una realidad diferente, especialmente han destacado el cansancio y el sentimiento de ser dependiente.

"El hecho de acostarte no viendo nada y levantarte igual, no nos permitía despertarnos. Al no recibir esa dopamina visual a la que estamos acostumbrados a tener en el día a día...ni un café nos despertaba", explica el joven.

A lo que añade que tenían la sensación de que sus cerebros estaban apagados, por lo que a medida que pasaban los días el cansancio iba siendo mayor.

El segundo factor que peor llevaron fue el hecho de ser dependientes ya que para hacer cualquier cosa, por mínima que fuera, tenían que pedir ayuda.

"Sentarte y esperar a que hagan tus cosas pues es un poco frustrante porque no te sientes útil. Ayudó mucho el hecho de saber que no estábamos solos y que teníamos a gente que nos echaba una mano tanto física como mentalmente".

Terminaron con una sensación de injusticia e impotencia

Cuando se quitaron el antifaz, aparte de ver borroso durante unos minutos, se le saltaron las lágrimas porque lo que habían vivido durante esos cinco días "es algo más duro de los que te puedes imaginar", asegura Pablo.

Ellos volvieron a apreciar la vida, los colores, las texturas...sin embargo, también sintieron impotencia, e incluso injusticia, por todas aquellas personas que no van a poder quitarse esa venda jamás. "Nos dimos cuenta del verdadero reto que vive mucha gente".

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