No es la primera vez que Marco Llorente hace referencia a su dieta, concretamente a la dieta paleolítica; esta vez lo ha hecho en El Larguero. "Ya no es una dieta, sino un estilo de vida, una forma de vivir. Con eso viviré y con eso moriré. Lo hago por salud, no por el fútbol", ha matizado el jugador del Atlético de Madrid.
Teniendo en cuenta que ya lleva varios años siguiendo esta forma de alimentación, en ElDesmarque hemos preguntado al experto en nutrición, Saúl Sánchez, para que nos explique en detalle todos los aspectos de esta dieta tan llamativa y poco conocida.
"La dieta paleolítica consiste básicamente en replicar la alimentación que llevaban nuestros antepasados, cuando no había total disponibilidad a los alimentos como tenemos ahora. Se trata de evitar los productos ultraprocesados, los granos e incluso los lácteos", introduce el profesional.
Una dieta basada en todo aquello que se cultiva con facilidad y se consume sin necesidad de refinarlo. Esto significa que la base de la dieta paleolítica, también llamada dieta paleo, son: frutas, verduras, carnes, pescados y huevos.
Al igual que sucede con la mayoría de las dietas, estas presentan una serie puntos a favor y en contra. Por un lado, los principales beneficios que enumera el nutricionista son:
Como punto negativo tan sólo destaca el bajo aporte de hidratos de carbono, los cuales se encargan de aportar energía al cuerpo.
Aunque cada deportista es un mundo, y para analizar cada caso es esencial basarse en el principio de individualización, Saúl Sánchez no recomienda, en rasgos generales, esta dieta a los atletas que realizan esfuerzos anaeróbicos, como es el caso de Marcos Llorente.
"La evidencia científica nos dice que un deportista, especialmente de alto rendimiento, que realiza esfuerzos anaeróbicos precisa un aporte de carbohidratos de entre tres y nueve gramos por kilo de peso al día", detalla el profesional.
Esto se traduce en un volumen diario muy elevado de patatas, boniato y yuca -hidratos de carbono que enumera el centrocampista- que el cuerpo no es capaz de tolerar.
Para cubrir estas necesidades de carbohidratos se necesita introducir granos como arroz, avena o cereales, así como también una cierta cantidad de legumbres. Sin embargo, estos alimentos suelen estar restringidos en la dieta paleo.
A veces, estos deportistas, dependiendo del grado al que lleven el cumplimiento estricto de la dieta, se suplementan con carbohidratos simples por medio líquido.
De la misma forma ocurre con los suplementos de creatina o similares, productos que también son procesados, donde la evidencia científica dice que son una gran ventaja para los deportistas de alto rendimiento por sus efectos, sumado a que no presentan contraindicaciones, ni tiene agentes contaminantes u adulterantes. "En contextos de alto rendimiento yo creo que la mayoría de estos los utiliza", sentencia el experto en nutrición.
A pesar de que Saúl Sánchez no considera que sea la mejor dieta para la población general, sí que es una buena opción para frenar, o al menos reducir, el sedentarismo, problema que afecta a gran parte de la sociedad, cuyas cifras no dejan de crecer.
"Siendo sinceros, me parece una buena alternativa", sentencia el nutricionista. "Al final, reducimos carbohidratos y azúcares ultraprocesados de muy mala calidad en una muestra poblacional que no necesita grandes dosis de hidratos de carbono", explica el mismo.
Aunque él considera que la dieta paleo tiene más beneficios que perjuicios, "me parecería mejor aumentar el ejercicio físico -cubriendo los estándares mínimos que se precisan- e introducir mayor cantidad de carbohidratos". El punto negativo es que "aún estamos muy lejos de lograrlo".
Aunque en algunos deportistas esta dieta, u otras como la keto, puede funcionar muy bien y no afectar a su rendimiento deportivo, en otros puede tener el efecto contrario. Esta variabilidad reside en dos parámetros esenciales: la capacidad de adaptación del cuerpo y la genética individual.
Por lo general, el cuerpo tiene una gran capacidad de adaptación. Esto significa que este consigue o mejora las vías para conseguir el sustrato que necesita, en este caso la glucogénesis.
No obstante, no todas las personas tienen esta misma capacidad de adaptación, la cual depende en gran medida de la variabilidad interindividual marcada por la genética. "Hay personas que tienen mayores facilidades para emplear la grasa de una manera eficiente, pero luego hay otras que son más dependientes de los carbohidratos como combustible de energía", diferencia.
También añade que el sexo influye: "las mujeres trabajan mejor con grasas y los hombres con carbohidratos"..
"Estas variables son las responsables de que haya atletas a los que este tipo de dieta no les genere ningún cambio o incluso les genere alteraciones positivas, y otros, a los que les reduzca el rendimiento deportivo, por lo menos durante el periodo de adaptación -duración entre 7 y 10 días-, o nunca consigan superar dicho proceso", concluye Saúl Sánchez.