Paula Badosa no está pasando por el mejor momento de su carrera deportiva debido a las tantas lesiones que está encadenando. El problema que más preocupa a la tenista es la grave lesión de su espalda que arrastra desde hace tiempo.
Ella misma ha confesado 'WTA Insider Podcast' que para calmar los graves dolores crónicos que le genera esta lesión está recibiendo inyecciones de cortisona. Un tratamiento que además de aliviar el dolor, puede reducir la hinchazón y la irritación de una zona específica del cuerpo.
Este fármaco suele inyectarse en las articulaciones, habitualmente en el tobillo, el codo, la cadera, la rodilla, el hombro, la muñeca o la columna vertebral, como es el caso de Paula Badosa. Es un tratamiento habitual en afecciones como el dolor de espalda, bursitis, gota, osteoartritis, artritis psoriásica, artritis reumatoide y tendinitis.
Al recibir una inyección de cortisona es posible que el profesional sanitario aplique un anestésico local o un un aerosol frío para adormecer la piel en el lugar de la inyección. Durante la inyección es posible sentir dolor, así como los días después de la misma. Los efectos de alivio de dicho tratamiento pueden durar varios meses, explican en Aurora Health Care.
Al igual que sucede con cualquier otro tratamiento, las inyecciones de cortisona no están exentas de riesgos. En la Clínica Mayo enumeran los siguientes efectos secundarios:
Generalmente las inyecciones de cortisona están compuestas de un fármacos de corticoide -para aliviar el dolor con el tiempo- y un anestésico local -para aliviar el dolor de inmediato-.
El Instituto Estadounidense del Cáncer define la cortisona como una "hormona esteroidea producida naturalmente en la glándula suprarrenal. También puede producirse en el laboratorio. La cortisona reduce la hinchazón y puede suprimir las respuestas inmunitarias".