Marta Riumbau está embarazada de cuatro meses. Ella misma lo ha anunciado en su cuenta de Instagram en un vídeo en el que aparece la primera imagen de su barriga junto con las ecografías del bebé. El proceso para quedarse embarazada lo empezó en enero, pero los inicios se remontan al 2022 cuando se sometió a una vitrificación, coloquialmente conocida como congelación de óvulos.
Dos años antes ya pensó en recurrir a este método, pero la presión le pudo y prefirió atrasarlo. El motivo por el que se decantó por este método fue porque las pruebas ginecológicas evidenciaron que su reserva ovárica era anormalmente baja, pese a su pronta edad. De hecho, ella misma mostró cómo fue y cómo tanto mental como físicamente el tratamiento.
Este procedimiento, que se realiza meticulosamente en un laboratorio, sirve para conservar en el tiempo los ovocitos de una mujer. Los avances en reproducción asistida han permitido que dicha técnica sea superior, en cuanto a calidad se refiere, que los "antiguos procesos de congelación, ya que evita la formación de cristales de hielo, que podrían dañar las células", explican en IVI, la clínica que le ha hecho el tratamiento a la influencer.
Antes de dar el paso hacia la vitrificación de óvulos, se le hace a la paciente una ecografía vaginal y una analítica hormonal para que el profesional pueda analizar y valorar el estado de la reserva ovárica de la mujer que se va someter a dicho proceso. A continuación, esta comienza un proceso de estimulación ovárica controlada, igual que si fuera a someterse a una fecundación in vitro, para que los ovarios desarrollen varios folículos a la vez.
Este proceso supone bastante compromiso ya que esta tiene que ir cada 2 o 3 días al centro para controlar y comprobar cómo está yendo el crecimiento folicular y si este es el adecuado. De esta forma el ginecólogo puede ajustar las dosis de medicación hormonal y el tiempo que va a tener que estar la paciente bajo dicho tratamiento.
Cuando los folículos tienen un tamaño de entre 16 y 18 mm se procede a la punción folicular que consiste en "intervención sencilla en la que, mediante una aguja, el ginecólogo aspira los folículos para extraer los óvulos de su interior. El proceso dura unos 30 minutos y la mujer se encuentra sedada para evitar molestias", explican desde la Organización de Reproducción Asistida.
Una vez extraídos los folículos y tras analizar el estado de maduración y la calidad de estos, comienza el proceso de vitrificación. La organización especializada en reproducción asistida resume el procedimiento en seis pasos:
Teniendo en cuenta que la maternidad cada vez se da más tarde y que la reserva ovárica disminuye con la edad, muchas mujeres se ven obligadas a recurrir a este procedimiento si quieren conservar sus óvulos para un futuro.
La principal ventaja que tiene la vitrificación es que permite ser madre a mujeres con edades avanzadas sin tener que recurrir a óvulos donados, sino que lo pueden hacer con los suyos propios. Esto no sólo beneficia a las mujeres mayores, sino también a las se han visto obligadas a someterse a un tratamiento contra el cáncer o alguna cirugía que compromete el buen estado de sus ovarios.
Los óvulos vitrificados no envejecen, es decir, mantienen la edad de la mujer en el momento en el que fueron extraídos. "Esto ofrece una mayor tasa de embarazo, así como una menor probabilidad de obtener embriones con anomalías cromosómicas que podrían dar lugar a un aborto o al nacimiento de un bebé enfermo", destaca la organización.
Se trata de un procedimiento rápido y sencillo que puede ser de gran ayuda para las mujeres con dificultades para quedarse embarazada por su baja reserva ovárica, como el caso de Laura Riumbau.
Este procedimiento tiene su parte negativa y es el coste que supone. El coste medio oscila entre 2.500 y 4.000€, aunque puede variar dependiendo de la técnica y de los servicios incluidos.
A este precio normalmente hay que sumarle la estimulación ovárica, entre unos 500€ y 1.000€, y el mantenimiento de estos óvulos que ronda los 300-400€ cada años -algunas clínicas incluyen el primero y el segundo año-.
Cuando la mujer se decanta por iniciar el proceso de fecundación, esta tendrá que pagar unos 1.500-3.000€ de la preparación de la muestra de semen, la fecundación y la transferencia de embriones.