Desde hace una década, los centros de manicura y pedicura no han dejado de crecer. El esmaltado de uñas se ha convertido en una obligación para una gran parte de la población, especialmente entre mujeres, de hecho, dicha proliferación ha llegado hasta a los hogares, teniendo en cuenta que ya existen kits domésticos para aplicar la técnica. Sin embargo, esta práctica no es tan inocua como parece.
Los médicos de atención primaria de la Sociedad Catalana de Medicina Familiar y Comunitaria (CAMFiC) han alertado que “ya estamos viendo en nuestras consultas problemas y alteraciones ungueales como de la parte de la piel que toca con la uña pero esto irá a más, porque es cada vez más popular”, hasta el punto de que las alteraciones en torno a las uñas por productos cosméticos se han convertido en uno de los motivos de consulta más frecuentes en Atención Primaria. El principal problema es que estos pacientes llegan cuando los problemas son llamativos, generalizados, dolorosos o visibles haciendo que sea "una patología probablemente infradiagnosticada".
Los principales efectos adversos que los médicos de familia suelen atender son: trastornos mecánicos y traumáticos de las uñas como sangrado espontáneo y dolor, dermatitis alérgica de contacto y lesiones inducidas por rayos ultravioleta. “Además de todo esto, se ha descrito el asma y las reacciones alérgicas e irritativas a distancia, sobre todo en torno a los ojos, ya que a lo largo del día vamos expandiendo los alérgenos con las manos”, destacan desde CAMFiC.
En el caso de la dermatitis por contacto o eccema alérgico "suele aparecer en las zonas donde se ha aplicado el esmalte, pero además, se puede producir en otras localizaciones por la transferencia con los dedos como son los párpados o la zona dorsal de las manos. Son lesiones exudativas que producen mucho picor y pueden llegar a cronificarse produciendo incluso dolor", explican desde el servicio de alergología del Hospital Cruz Roja de Córdoba.
Además de los riesgos para la piel, los productos que se utilizan impiden explorar y detectar alteraciones en la uña original e incluso pueden presentar dificultades para medir algunos niveles del organismo, como por ejemplo la saturación de oxígeno de forma fiable. En esa misma línea, los médicos de la CAMFiC recuerdan que “no deberíamos olvidar que la función de las uñas es proteger, por tanto, si no las manipulamos, mejor”.
Aunque los profesionales de la salud son conscientes de los efectos perjudiciales de los esmaltes de gel, y similares, para la salud de las uñas, aún queda mucho por investigar. Al ser una práctica relativamente nueva todavía hay poca investigación científica sobre los efectos nocivos que pueden provocar dichos productos
Desde CAMFiC piden que "los estudios y revisiones científicas valoren añadir a todo el mundo independientemente del sexo", teniendo en cuenta que en los estudios existente tan sólo han participado mujeres cuando en realidad es un tratamiento que puede realizárselo cualquier persona. "No hacerlo" indican "supone infradiagnosticar aún más estas patologías".