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La cara oculta de viajar: cómo reducir los dolores musculoesqueléticos y el riesgo del síndrome de la clase turista

Viajeros en un avión con caras de cansancio (Foto: Freepik)
Escribo sobre salud entre médicos y deportistas

Viajar y conocer nuevos lugares es algo que le gusta a la mayoría de las personas, cuestión que se potencia con la llegada de las vacaciones de verano. Sin embargo, llegar al destino no siempre es un camino de rosas, sobre todo cuando el viaje conlleva pasar horas y horas sentado en un avión, en un tren, o incluso, conduciendo un coche, con todo lo que eso conlleva: dolor de espalda, tensión en la cervicales, adormecimiento de pies y manos…

Para que el trayecto no te juegue una mala pasada y no condicione tus vacaciones de verano, el fisioterapeuta Fernando Ramos, presidente de la Asociación Española de Fisioterapeutas (AEF), ha dado a ElDesmarque una serie de recomendaciones, movimientos y estiramientos específicos para llevar a cabo en el avión, en el tren o entre parada y parada cuando se viaja en el coche.

Cuidado con el síndrome de la clase turista

Hay que prestar especial atención al avión al ser el medio de transporte que menos movilidad permite, sobre todo en los trayectos de más de ocho horas, porque se corre el riesgo de padecer el síndrome de clase turista, también conocido como trombosis venosa profunda.

Para reducir este riesgo, es conveniente hidratarse y elegir, en la medida de lo posible, los sitios del pasillo para así poder tener algo más de movilidad en piernas y brazos. Además, el fisioterapeuta aconseja “no poner la mochila debajo del asiento porque inmoviliza los pies y piernas y esa inmovilización puede acabar siendo la precursora del síndrome”.

Sumado a esto, cuando se hace una escala “debemos aprovecharla para movernos, sobre todo para que se contraigan los gemelos que son los verdaderos motores del sistema venoso”, añade.

En esta misma línea, él mismo advierte que deben prestar atención las personas que estén bajo “tratamiento de determinados fármacos que puedan facilitar la aparición de este síndrome, especialmente en mujeres los anticonceptivos. Y si existe alguna patología de coagulación es interesante utilizar medias de compresión diseñadas para evitar la acumulación de líquido, sobre todo por debajo de la rodilla”.

El tipo de maleta también influye

Ni mochilas pesadas ni maletas de dos ruedas, lo ideal es utilizar una maleta de cuatro ruedas para caminar con ella al lado de nuestro cuerpo y no arrastrándola ya que “esto último supone que nuestro hombro se sitúe en extensión, es decir, se queda hacia atrás y en ligera rotación interna, lo que puede acabar generando dolencias a nivel del hombro y del codo”.

En cuanto a las mochilas hay que situar las dos asas sobre la cara interior de los hombros y ajustarlas para que queden ceñidas a la espalda. Lo ideal es que tengan una cincha a nivel abdominal que impida el movimiento de esta.

Matices que pasan desapercibidos

Usar ropa cómoda que permita moverte libremente, evitar cruzar las piernas, dejarlas colgando o posturas de descanso que puedan ocasionar dolor y usar una almohada cervical para mantener una posición neutral de la columna vertebral y mantener los hombros relajados son otras de las recomendaciones del especialista.

Si el viaje es en un vehículo y encima eres tú el que va conduciendo “debes mantener una posición simétrica al volante cogiéndolo con las dos manos”. Por último, también señala la importancia de minimizar el consumo de alcohol y café ya que propician la deshidratación al ser potentes diuréticos.

Ejercicios para hacer entre horas

Al viajar en coche es recomendable parar cada dos horas y en estos descansos es conveniente salir del coche y realizar tanto movimientos como estiramientos. Uno de ellos es “el que proyecta contracción muscular que nos va a ayudar mucho a ese drenaje venoso, como, por ejemplo, ponernos sobre las punteras -diez repeticiones-” y el otro son los “ejercicios de los tobillos hacia arriba y hacia abajo o en círculos para evitar la congestión del sistema venoso”.

En cuanto a los estiramientos, deben provocar una ligera tensión indolora en la región cervical y lumbar, el cuello, los hombres, la espalda…, como por ejemplo, “llevar nuestras manos a la altura de las cinturas y hacer un movimiento de extensión de la columna hacia atrás que nos permite estirar la columna lumbar, la región abdominal y la parte anterior de piernas y caderas”, concluye Fernando Ramos.

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