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Las eyaculaciones y su relación con el cáncer de próstata: así afectan

Hombre con las manos sobre su pelvis (Freepik)
Escribo sobre salud entre médicos y deportistas

El cáncer de próstata representa, aproximadamente, el 15% de todos los nuevos diagnósticos de cáncer en hombres a nivel mundial; situándose como el segundo tipo de cáncer más habitual entre el sexo masculino y el quinto causante de mortalidad, según la Asociación de Cáncer de Próstata (ANCAP). A nivel nacional, se sitúa como el primer tumor más frecuente en hombres cuyas cifras apuntan a un crecimiento progresivo de casos acumulados en los últimos cinco años.

Teniendo en cuenta la incidencia de esta enfermedad, existe un gran interés por saber qué factores influyen en el desarrollo del cáncer de próstata y cómo se puede reducir el riesgo de padecerlo, en caso de que esto sea posible. Hay una serie de factores de riesgos que no son modificables, como la edad, la raza, los antecedentes familiares, etc., mientras que por otro lado están los modificables como son la dieta, el uso de suplementos, la enfermedades crónicas y las conductas preventivas.

En esta misma línea, algunos investigadores llevan planteándose desde hace años si la actividad sexual puede actuar también como un factor modificable en la prevención del cáncer de próstata. Hasta la fecha, el estudio 'Frecuencia de la eyaculación y riesgo de cáncer de próstata: resultados actualizados tras una década adicional de seguimiento', publicado en la revista científica European Urology, ha aportado la evidencia más sólida sobre el papel beneficioso de la eyaculación como medida preventiva frente a este tipo de cáncer.

¿Cuál es la función de la próstata?

Antes de profundizar en el estudio, es conveniente explica para qué sirve la próstata y cuál es su función en el sistema reproductivo masculino. Se trata de una glándula del tamaño de una nuez situada debajo de la vejiga que rodea a la uretra como si fuera una funda protectora.

Su función principal es transportar los espermatozoides a través del tracto reproductivo durante la eyaculación, de tal forma que juega un papel importante en la formación del semen. Cuando el hombre experimenta una excitación sexual, dicha glándula entra en acción segregando un líquido prostático, rico en enzimas, proteínas y minerales, que se mezcla con el esperma de los testículos y el líquido de las vesículas seminales, según explican en 'National Association for Continence'.

Debido a la ubicación de la próstata, esta puede afectar a la función urinaria. Con el paso de los años esta glándula puede ejercer presión sobre la uretra provocando síntomas como urgencia urinaria o dificultad para mantener un flujo constante.

¿Qué dice el estudio?

Aunque no es el único estudio que ha analizado la relación entre la eyaculación y el cáncer de próstata, en este en cuestión participaron 31.925 hombres, de los cuales 3.839 fueron diagnosticados con cáncer de próstata a lo largo de la investigación. Durante 18 años, entre 1992 y 2010, los participantes fueron informando a los investigadores sobre su frecuencia eyaculatoria mensual. Estos los dividieron en cuatro grupos: 1-3, 4-7, 8-12, 13-20 y >20.

En primer lugar, los resultados evidenciaron que el número de eyaculaciones iba reduciéndose con el paso de los años de tal forma que el porcentaje de hombres que tenían más de 13 eyaculaciones al mes era del 57% entre los 20-29 años, pero entre los 40-49 años este se redujo al 32%.

La conclusión principal que demostró la investigación fue que en los hombres que informaron de un mayor número de eyaculaciones al mes, el cáncer de próstata fue menos frecuente. Además, en los casos en los que este número era igual o superior a 21 en todos los grupos de edad registraron un riesgo significativamente menor de cáncer de próstata frente a los grupos que menos eyaculaban.

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