El certificado oficial de defunción de Isabel II establecía que murió por "causas naturales", sin embargo, Boris Johnson tiene otra versión. El ex primer ministro británico ha evidenciado en un extracto de sus memorias, publicadas en medios como 'The Mail on Sunday', que la monarca era consciente de que su tiempo estaba a punto de terminar ya que padecía un cáncer de huesos.
“Edward Young, su secretario privado, trató de prepararme. Sabía desde hacía un año o más que tenía una patología de cáncer de huesos, y sus médicos estaban preocupados de que en cualquier momento pudiera entrar en un declive brusco”, escribía Johnson en sus memorias, según los extractos que también publica la revista 'Newsweek'.
Cuando el ex primer ministro la vio con vida por última vez, dos días antes de su muerte, "parecía pálida y más encorvada, y tenía moretones oscuros en las manos y las muñecas, probablemente de goteos o inyecciones”, sin embargo, su mente "estaba completamente intacta".
La posible enfermedad que padecía Isabel II, y por la que Boris apuesta que murió, se trata de un tipo de cáncer que se forma en las células óseas. Desde la Asociación Española Contra el Cáncer diferencian dos tipos:
Entre los síntomas más frecuentes, la AECC destaca el dolor e inflamación local, la aparición de un bulto, limitación del movimiento articular, fiebre, cansancio o disminución del peso.
Aunque en la mayoría de los casos de cáncer de hueso se desconoce la causa exacta, algunos científicos lo han relacionado con varias afecciones -que se enumerarán a continuación-. No obstante, una gran parte de las personas afectadas por esta enfermedad aparentemente no presenta ninguno de los factores de riesgo conocidos.
Al igual que la exposición de la piel a la luz solar aumenta el riesgo de padecer cáncer de piel o el tabaco es un factor de riesgo para el cáncer de pulmón, de boca, de laringe, de vejiga o de riñón, entre otros, el cáncer de hueso también presenta varios factores de riesgo. Esto no significa que porque una persona tenga uno o más factores de riesgo vaya a padecer la enfermedad, así como que no tener ninguno no te exime de padecerlo. En esta línea, la Sociedad Americana del Cáncer enumera los siguientes: