Uno de cada cinco niños y adolescentes padece dolor de espalda y entre las posibles causas se sitúan las mochilas escolares; esta es una de las principales conclusiones de uno de los estudios que analiza los dolores de espalda en menores y su posible relación con el peso de las mochilas que llevan para ir al colegio.
Libros, ordenador, material escolar, almuerzo... son la lista de objetos que los estudiantes llevan en sus mochilas de lunes a viernes y hacen que el peso que cargan sea muy elevado, de hecho, una investigación evidenció que el "66-80% de escolares que llevaban mochilas que superaban el 10% de su peso corporal".
Aunque son muchos los estudios que apuestan por esta hipótesis, los resultados no llegan a ser contundentes y certeros al 100%, no obstante, pediatras y médicos rehabilitadores aseguran que se trata de una práctica que pone en riesgo la salud de los más pequeños. "Nunca va a ser posible evidenciar una relación directa ya que se trata de un problema factorial ya que también está el sedentarismo, la ansiedad, el componente genético...", argumenta Fernando Ramos, presidente de la Asociación Española de Fisioterapeutas (AEF) a ElDesmarque.
Debido a la gran cantidad de libros que tienen que llevar los niños y niñas, sobre todo durante la Educación Primaria, muchos de estos prefieren llevar las mochilas colocadas en carros con dos ruedas. De esta forma, en lugar de ir cargados con tanto peso, lo arrastran.
Sin embargo, los expertos no consideran que sea una buena alternativa ya que estos carros aumentan el riesgo de padecer alteraciones posturales significativas, aunque reversibles, detalla el fisioterapeuta. En esta misma línea en EFE explican que estos pueden provocar lesiones de hombro, especialmente a la hora de subir escaleras, ya que al levantarlas pueden provocar que el brazo y el cuello se tensionen.
La Dra. Ainhoa Rodríguez Oyaga, especialista en Rehabilitación en el Hospital Universitario General de Villalba, aconseja elegir mochilas de calidad “con costuras fuertes, correas anchas y ajustables a nivel de los hombros, dorsal acolchado y cinturón pélvico para que se mantenga pegada a la espalda. El uso inadecuado de las mochilas puede sobrecargar la musculatura de la espalda y generar dolor; además, al intentar compensar el peso, puede cambiar el patrón de la marcha y generar inestabilidad”.
Aunque los dolores de espalda en los más pequeños no presentan una relación causa-efecto directa con el peso de las mochilas, "el hecho de llevar la mochila de forma asimétrica sí que se podría asociar con un dolor lumbar en población infantil", asegura el presidente de AEF.
Al igual que sucede con las mochilas tipo 'trolley', los cambios morfológicos que se producen al llevar la mochila colgada de un solo hombro "se han relacionado con alteraciones posturales significativas reversibles, es decir, no hablamos de escoliosis sino de disminución de la cobertura lumbar", explica el mismo.
Esta práctica también provoca "cambios en la velocidad de la marcha y en el equilibrio, mayor presión plantar, disminución del recorrido del tobillo y de la longitud de la zancada y un aumento de la frecuencia cardiaca -al suponer una exigencia para el niño-", enumera.
A largo plazo, llevar mochilas muy pesadas no solo puede tener consecuencias para la espalda sino que también "el niño o adolescente tenga una talla más baja de la que debería", asegura la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF).
La Dra. Helena Bascuñana Ambrós, presidenta de SERMEF, explica que “los españoles hemos mejorado de talla porque ha mejorado la alimentación, pero también porque ha desaparecido el trabajo infantil. El trabajo infantil influía en que los niños llevaban una gran carga de peso con consecuencias en su talla, y ahora esta situación puede volver a producirse con el peso de las mochilas, que en algunos casos es muy elevado. A largo plazo llevar mucho peso en la mochila puede provocar que el niño o adolescente tenga una talla más baja de la que debería”.
Desde la Asociación Española de Pediatría indican que el peso de las mochilas no debe superar entre el 10-15% del peso corporal del niño o adolescente que la lleva, de forma que "para los niños de 20 kilos, la mochila debería pesar como máximo 2 a 3 kilos; para los niños de 30 kilos no debería pesar más de 3 a 4,5 kilos; para los niños de 40 kilos, no más de 4 a 6 kilos...".
La Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria también recomienda elegir una mochila con tirantes anchos, acolchados y con ajuste para la cintura -porque disminuye la tensión de la espalda-; colocar los objetos más pesados en la parte de abajo y pegados al niño; llevarla siempre colgada de las cintas de los dos hombros, no solo de uno, y bien ajustadas; y por último, a la hora de cargarla, situarse de cara y flexionar las dos rodillas. Por último el fisioterapeuta añade que "el tiempo máximo recomendado -para llevar la mochila escolar- es de 20 minutos".