Muchas personas sueñan con vivir cerca de los 100 años, pero ¿de qué forma? Sin embargo, otros prefieren vivir menos años, pero valiéndose por sí solos... Esta es la cuestión que se ha puesto sobre la mesa en el III Congreso Internacional sobre la Longevidad que está teniendo Palacio de Congresos del Colegio de Médicos de Alicante y donde se han reunido algunas de las principales figuras mundiales sobre el estudio del envejecimiento.
Dicha comunidad de científicos internacionales prioriza sus esfuerzos en mejorar la calidad de vida de la población mayor por delante del objetivo de alargar los años antes del fallecimiento.
El portavoz del cónclave y catedrático de Fisiología de la Universidad de Valencia, José Viña, ha explicado a EFE que durante los últimos años los científicos han centrado sus trabajos en "aumentar el estado saludable de las personas mayores y no tanto en retrasar los años de vida" ya que está constatado que "a día de hoy" no es posible vivir más allá de los 110 años.
Sobre esta cifra, Viña ha abogado por "evitar falsedades" como ese discurso que a veces se escucha de que se puede vivir más allá de los 110 años, y ha insistido en que los expertos tratan de "retrasar la velocidad de la marcha" del envejecimiento para que la calidad de vida "mejore muy sustancialmente".
El número de personas nonagenarias ha crecido en España y el de personas por encima del siglo de vida también, al pasar de 1 de cada 8.000 personas a 1 cada 5.000, sobre todo mujeres, aunque esto conlleva que ellas presenten más enfermedades.
Para Viña, a la velocidad actual del conocimiento científico se podría prever que en un horizonte de entre 30 ó 40 años se llegue a una situación en la que "no sea tan excepcional" ver a personas centenarias, por ejemplo con una tasa de uno por cada cien individuos, aunque aún es pronto para saberlo, y ha añadido que el componente resulta "fundamental" para alcanzar dichas edades.
Aunque el envejecimiento no es una enfermedad, esto no es óbice para que "se pueda tratar" mediante el desarrollo de estudios clínicos, al igual que ocurre con la menopausia y la presbicia, que tampoco son enfermedades, con el fin de retrasar el proceso en la medida de lo posible con el uso, por ejemplo, de unas gafas en el caso de la popularmente llamada vista cansada.
"Los médicos no solamente están para tratar enfermedades sino también otras cosas que no lo son" como es el envejecimiento, "un proceso normal en la vida que sí se puede retrasar" para que se lleve más saludable para estar menos débil y más ágil a la hora de gestos y movimientos cotidianos como levantarse o sentarse en una silla.
Una de las mayores especialistas en el envejecimiento, la barcelonesa formada en Valencia Ana María Cuervo, que desde 2001 investiga en la Escuela de Medicina Albert Einstein de Nueva York, ha confiado en que el congreso de Alicante ayude a que las agencias reguladoras, como en el caso de Estados Unidos es la FDA, pasen a aceptar los ensayos clínicos en longevidad, pese a no ser una enfermedad.
Mientras tanto, ve "un buen momento porque se ha cambiado un poco la forma de ver las cosas" en el sentido de que "antes se enseñaba a que cuantos más años se viva, mejor, mientras que ahora los años no son importantes sino los que estás sano porque vivir 20 más con achaques y malas situaciones no compensa".
La especialista del Albert Einstein neoyorkino ha defendido los estudios para mejorar la calidad de vida de los mayores en cuanto a metabolismo, memoria y más actividad partiendo de una causa multifuncional del envejecimiento, de manera que no sea cuestión "de la pastillita mágica que todo el mundo quiere sino de acomodar a cada persona diferentes porque no todos envejecemos igual".
Una dieta más equilibrada con comidas más espaciadas, evitando 'picotear', más horas de sueño, ejercicio físico moderado y evitar la soledad en la vejez son hábitos sencillos que ayudan, a la espera de la farmacología, a una última etapa de la vida más saludable, según Cuervo.