La semana ha estado protagonizada por múltiples actos con motivo del Día Mundial del Cáncer de Mama, sin olvidar también el Día Mundial de la Menopausia. Hoy es el turno de la osteoporosis, una enfermedad que afecta especialmente a las mujeres, de hecho, ocho de cada diez personas que la sufren son mujeres.
"Se define como una enfermedad generalizada del sistema esquelético caracterizada por la pérdida de masa ósea y por el deterioro de la microarquitectura del tejido óseo, que compromete la resistencia ósea y que condiciona como consecuencia una mayor fragilidad ósea y una mayor susceptibilidad a las fracturas", detalla un análisis realizado por la Dra. María Teresa Hermoso de Mendoza Macua.
Aunque hasta el momento se desconocen las causas por las que se produce esta pérdida de densidad ósea, se sabe que se va reduciendo con la edad, de hecho, aproximadamente a los 35 años es cuando una persona alcanza su valor máximo de masa ósea. "A partir de los 40 años se observa una lenta reducción de la densidad de masa ósea en ambos sexos [...] se inicia a una edad más temprana en las mujeres y sigue un curso más acelerado incluso antes de la menopausia. Sin embargo, un individuo que no alcance un pico de masa ósea óptimo durante la infancia y adolescencia puede padecer osteoporosis sin que se produzca una pérdida acelerada de masa ósea", detalla la misma.
Ante dicha evidencia, los profesionales del mundo del fitness -entendido como salud- inciden en la importancia de entrenar la fuerza desde la primera infancia hasta la vejez, especialmente entre las mujeres.
El principal condicionante de esta patología es que no produce síntomas, motivo por el que se la conoce como enfermedad silenciosa. El momento en el que se hace evidente es cuando "la pérdida de hueso es tan importante como para que aparezcan fracturas", apuntan desde la Fundación Española de Reumatología.
Las vertebras, la cadera y la muñeca son las fracturas que suelen experimentar estas pacientes, de hecho, muchas veces se desconoce qué fue primero si la caída y luego la rotura, o viceversa, la rotura y después la caída. De estas, "la fractura de cadera tiene especial importancia ya que se considera un acontecimiento grave debido a que requiere intervención quirúrgica, ingreso hospitalario y supone para el paciente una pérdida de calidad de vida".
El diagnóstico de la osteoporosis se debe realizar una "densitometría ósea con una puntuación de T-score inferior a -2.5 en columna o cabeza femoral". No obstante, esta cifra no siempre es la más acertada ya que en una mujer se debe considerar dicho diagnóstico cuando tiene un resultado de "t-score de entre -1 y -2.4 y -2.4 y una fractura de fémur, pelvis o antebrazo; o una baja masa ósea con historia de 2 o más fracturas en otra localizaciones a excepción de la vara, las manos y los pies"
Asimismo, las fracturas por fragilidad, es decir, aquellas que se producen cuando se caen de su propia altura al realizar las actividades cotidianas, o con un mínimo traumatismo deben considerarse osteoporosis independientemente del resultado del T-score, añade la fundación.