En un momento en que las temperaturas extremas representan una de las mayores amenazas del cambio climático, teniendo en cuenta que en los veranos de 2022 y 2023 se registraron alrededor de 110.000 muertes en Europa a causa de las temperaturas extremas. Un reciente estudio ha evidenciado que la exposición al calor -un aspecto clave del cambio climático- varía en función del estatus social y la vulnerabilidad de la población.
La investigación internacional, en la que ha participado la Universidad Pablo de Olavide (UPO), ha analizado dicha desigualdad en cinco ciudades españolas -Sevilla, Barcelona, Madrid, Bilbao y Murcia- con diferentes características climáticas y ha puesto el foco en el aumento continuo de las temperaturas y sus implicaciones sociales en entornos urbanos.
Teniendo en cuenta la situación geográfica de España, este es especialmente vulnerable al estrés térmico, lo que hace fundamental comprender cómo factores sociales, ambientales, espaciales y morfológicos de cada ciudad influyen en la exposición desigual al calor.
El innovador análisis se ha hecho con un enfoque 'multiescalar' y ha explorado tres niveles de detalle (300, 1.000 y 2.000 metros de radio), un planteamiento que permite obtener resultados más precisos sobre los determinantes de la desigualdad térmica a escala intraurbana, además de facilitar comparaciones entre distintas ciudades.
El estudio destaca que características sociales como la educación y la densidad de población están relacionadas con mayores desigualdades en la exposición al calor. Sin embargo, estas relaciones varían según las características físicas y sociales específicas de cada ciudad.
Además, se pone de manifiesto que la escala de análisis es crucial para identificar patrones y determinantes de la desigualdad térmica, lo que dificulta extraer conclusiones universales sobre este fenómeno.
"En concreto, en el caso de Sevilla, el análisis multiescalar nos permite observar en los ámbitos diseñados mediante radios de 2.000 metros cómo el calor resulta especialmente más intenso en la periferia este de la ciudad, así como el efecto atemperador del río en la zona oeste y centro", ha explicado Ricardo Iglesias-Pascual, profesor del Área de Análisis Geográfico Regional de la UPO.
A medida que se emplean radios más pequeños, 1.000 metros y 300 metros, se concreta la incidencia local del calor hasta llegar a plasmarse su distribución en las diferentes zonas administrativas de la ciudad. Esta distribución coincide en gran medida con las zonas socialmente más vulnerables de Sevilla, ha afirmado.
Desde el punto de vista social, el análisis multiescalar desarrollado muestra cómo la relación entre la concentración de población más vulnerable y la exposición al calor en cada ciudad muestra un perfil único.
Las diferencias en los perfiles de exposición al calor entre ciudades pueden atribuirse a la diferente morfología urbana, topografía, elementos ambientales y patrones de microclima intraurbano de cada ciudad.
Este innovador enfoque local y multiescalar permite comprender mejor las dinámicas de exposición térmica en distintas ciudades y también ofrece herramientas más efectivas para diseñar políticas públicas e intervenciones urbanas.
La investigación subraya la necesidad de complementar los macroanálisis globales con estudios que consideren las características específicas de los entornos locales, tanto en términos físicos como sociales.