Estefanía Unzu, conocida en redes como Verdeliss, ha hecho historia. El 31 de enero corrió la primera maratón del World Marathon Challenge en la Antártida, al día siguiente lo hizo en África, después voló a Australia, luego a Asia, hace dos días estuvo corriendo en el circuito del Jarama de Madrid, ayer completó los 42 kilómetros en América del Sur y hoy ha concluido este reto en Miami.
Siete maratones, en siete días, en siete continentes; un desafío en el que han participando 68 personas de todo el mundo con unas condiciones físicas y mentales muy especiales. Antes de este reto, con el que acaba de entrar en el libro Guinnes de los récords, la influencer ya contaba con el récord de 26 maratones por todo el mundo, es actual campeona de España en los 100k y ya completó otro desafío similar, aunque menos exigente, de correr doce maratones en doce meses.
A pesar de su trayectoria y su excelente preparación, la World Marathon Challenge es una competición en la que Verdaliss y el resto de participantes han llevado al límite su cuerpo, con todos los riesgos que esto conlleva. De hecho, ella misma contó en sus redes sociales que tras la maratón de Australia, la tercera del resto, ya empezaba "a ver muchas bolsas de hielo, rollers, cintas kinesio, analgésicos…hasta un atleta haciendo la maratón en muletas".
La acumulación de kilómetros corridos no es el único hándicap (en total son cerca de 300 kilómetros), sino que también han jugado en su contra otros factores: horas de vuelos, jet lag, cambios bruscos de temperatura, altitud, humedad... Por ello, en ElDesmarque hemos contado con Miguel del Valle Soto, presidente de la Sociedad Española de Medicina del Deporte (SEMED), para conocer en profundidad los riesgos que ha asumido la madre de ocho hijos.
Partiendo de la premisa de que el tiempo mínimo que debe transcurrir para que se normalicen los valores analíticos y funcionales del organismo tras correr una maratón es de 3 o 4 semanas (tiempo que puede aumentar en función de las características del corredor), en el World Marathon Challenge esto no se concibe.
Por ello, esta recuperación se debe compensar de otras formas: "pueden incrementar los cuidados en la alimentación e hidratación, tomar ayudas ergogénicas para evitar el déficit de vitaminas, minerales… y mejorar el rendimiento y la capacidad de recuperación, disminuir la fatiga y mejorar la concentración. Además los antioxidantes, hierro, probióticos y otros suplementos ayudan a evitar la disminución en las defensas y el riesgo de padecer enfermedades", detalla el presidente de SEMED.
Aún siguiendo dichas recomendaciones el campeonato lleva al límite la resistencia humana, lo que significa que es inevitable padecer respuestas inflamatorias agudas, fatiga cardiaca y neuromuscular que conlleva una pérdida de fuerza, daños musculares y tendinosos... incrementado así el riesgo de lesión.
Como ya hemos dicho, la acumulación de kilómetros sin apenas descanso no es lo único que conlleva esta prueba sobrehumana. "De una maratón a otra se puede cambiar de altitud sin tiempo suficiente para aclimatarse. A mayor altitud, menor presión atmosférica y menor concentración de oxígeno. Esto provoca un aumento de la frecuencia cardíaca y el número de respiraciones por minuto para suplir las necesidades de oxígeno", explica el mismo.
Como los corredores no cuentan con esta aclimatación esos cambios impactan en el rendimiento deportivo y en la concentración que sumado al desfase horario, especialmente cuando se viaja hacia el este, puede provocar fatiga diurna, alteración del estado de alerta, deterioro físico y mental...
¿Qué papel juega el vuelo en avión? "Si los deportistas pueden descansar durante el viaje en avión se puede decir que es favorable". No obstante, estos viajes también tienen una serie consecuencias negativas: "actividad física reducida durante el viaje, vibraciones del avión durante el viaje que suelen resultar molestas y perjudican al sueño y al descanso, exposición al aire seco o a mala calidad del aire en los vuelos, a veces nutrición deficiente durante el viaje, en ocasiones hacinamiento…", enumera el Dr. del Valle.
Junto a la fatiga habitual de un viaje de avión, en este caso hay que sumar la crónica o acumulativa por el hecho de realizar tantos vuelos seguidos en un corto periodo de tiempo.
A priori puede parecer que todo ha acabado, sin embargo, ahora Verdeliss tiene que poner el foco en su recuperación física y mental para restablecer la función cardiovascular, muscular y metabólica.
"Sus reservas de carbohidratos y lípidos estarán prácticamente agotadas" de forma que necesitará una ingesta hipercalórica "con alimentos ricos en hidratos de carbono, al principio de absorción rápida: frutas (plátano, pera, sandía…), ricos en proteína para la reconstrucción muscular: pavo, jamón…". También será importante que reequilibre la hidratación "a base de bebidas de reposición con niveles altos de energía".