No es raro conocer a alguna persona que se haya sometido recientemente a un tratamiento estético, o incluso es posible que seas tú una de ellas, y es que casi la mitad de la población española, concretamente el 46,6%, se ha realizado un 'retoque' médico-estético, según los datos de la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME).
Más allá de valorar este dato, el verdadero problema que preocupa a los médicos estéticos es el personal que está detrás de estos procedimientos, pues los últimos datos señalan que el 65% son realizados por profesionales no cualificados.
Este miedo comienza tras observar que un gran número de personas desconoce dónde y quién está autorizado para realizar este tipo de tratamientos, seguido de que el 6% no sabe indicar qué tipo de profesional se lo ha realizado y de que el 28% se lo hizo en peluquerías, y sobre todo, en los domicilios de los propios pacientes.
Ante esta realidad, la SEME ha creado la campaña 'Tu cara ya no me suena' para evidenciar los problemas que están detrás del intrusismo en este tipo de tratamientos y las recomendaciones a seguir antes de apostar por una u otra clínica.
"La mala praxis está detrás de los pómulos hinchados, los labios desproporcionados o las cejas asimétricas... Y esto es solo la punta del iceberg. La medicina estética realizada por las manos equivocadas altera la expresión genuina de los pacientes y pone en peligro su salud y autoestima", asegura la SEME.
Algunos de los riesgos más comunes de dejar en manos equivocadas un tratamiento médico-estético son las siguientes:
En caso de apostar por un tratamiento médico-estético, la SEME enumera una serie de recomendaciones que debes seguir antes de aceptar la primera "clínica" que te lo ofrezca.
Cabe destacar que los tratamientos médico-estéticos no engloban a todas las técnicas que existen para mejorar la imagen, sino que se trata de algunas concretas que están recogidas en la Ley 44/2003 de ordenación de las profesiones sanitarias, las cuales son:
"Te pincho en casa. Total, son dos minutos", "La cantidad no es un problema, el material se reabsorbe" o "El riesgo es cero, llevo años haciéndolo" son algunas de las afirmaciones de las que se debe desconfiar a la hora de someterse a un tratamiento de este tipo.
Estas son algunas dosis de realidad que la sociedad médica lanza en esta campaña, pues aunque son tratamientos seguros, la medicina nunca está exenta de riesgos y estos aumentan exponencialmente cuando no los hace un profesional, además de que tan solo se deben realizar en centros autorizados por la Consejería de Sanidad.