Cuando una persona trata de explicar qué es el síndrome de Asperger y cómo se comportan las personas que lo sufren, muchas de ellas toman como referencia la figura de Sheldon Cooper en 'The Big Bang Theory', interpretado por Jim Parsons, a pesar de que sus creadores ya han negado en varias ocasiones que su personaje no padece dicha afección.
Si desconocías este dato, es posible que te quedes aún más sorprendido al saber que desde 2013 el síndrome de Asperger ya no existe. Desde entonces, las últimas versiones de los sistemas de clasificación utilizados internacionalmente para hacer diagnósticos clínicos (CIE-11 y DSM-5) ya no contemplan dicha categoría específica, sino que lo consideran un autismo sin discapacidad intelectual asociada ni dificultades significativas del lenguaje.
A pesar de ello, el síndrome de Asperger se sigue celebrando cada 18 de febrero porque a nivel social dicho término se sigue utilizando por "una cuestión identitaria y por el sentimiento de pertenencia que pueden presentar las personas que recibieron dicho diagnóstico", explican desde la Confederación Autismo España.
A día de hoy, el síndrome de Asperger es un trastorno del espectro autista más, al igual que lo es el autismo y el trastorno generalizado del desarrollo. A pesar de que algunos expertos sostienen que debería ser clasificado por separado, el DSM-5 detalla que este cambio se hizo para "mejorar la sensibilidad y especificidad de los criterios diagnósticos del trastorno del espectro autista" e "identificar dianas terapéuticas más específicas en las alteraciones ya detectadas".
Y es que "los síntomas de estos trastornos representan un único continuo de alteraciones, de leves a graves, en los dos dominios de comunicación social y de conductas o intereses restringidos y repetidos, más que trastornos diferentes".
Si bien ambos se diagnostican como trastorno del espectro autista, parece que, por sus características, el Asperger es más leve que el autismo, y algunas de las diferencias que plantea la Confederación Asperger España son las siguientes:
En esta misma línea, la Universidad Internacional de Valencia añade que "el autismo se manifiesta de forma evidente durante los 3 primeros años de vida del niño, sin embargo, el síndrome de Asperger no es tan evidente".
En rasgos generales, las personas con Asperger tienen problemas para relacionarse con los demás, entre otras incapacidades sociales. La Confederación Asperger España enumera algunas de las características que más se dan entre los niños y niñas con esta condición, partiendo de la premisa de que cada uno es diferente:
Cuando estos crecen, mantienen algunas de estas características. Si bien su discapacidad no es evidente y presenta un aspecto e inteligencia normal, este trastorno del espectro autista "se manifiesta al nivel de comportamientos sociales disfuncionales". Además, tienen un pensamiento "lógico, concreto e hiperrealista", su estilo cognitivo es distinto y a menudo tienen "habilidades especiales en áreas restringidas".