España es el tercer país de la Unión Europea que más antidepresivos consume, una cifra que, desde la pandemia, no ha dejado de aumentar. "El 15% de las mujeres en la población general -el 22% de 40 o más años-, y el 6% de la población masculina -el 9% de ellos con 40 años o más-, tiene, al menos, un envase de antidepresivos en casa", según datos del Consejo General de la Psicología de España.
Se trata de uno de los fármacos utilizados para tratar la depresión, el trastorno mental más prevalente que afecta a 280 millones de personas en el mundo, sin embargo, uno de los efectos secundarios por los que parte de los pacientes abandona dicho tratamiento es la ganancia de peso.
Si bien había sospechas de que este tipo de medicamento incrementaba el peso corporal, el Instituto de Investigación del Hospital del Mar ha publicado un reciente estudio en la revista 'Frontiers in Psychiatry' que demuestra que "las personas que toman antidepresivos muestran un incremento de peso más elevado que las que no toman".
La investigación ha seguido durante seis años a 3.127 adultos con una media de edad de 55 años que vivían en el noroeste de España, de los que disponían información "sobre el uso de antidepresivos autodeclarado, el peso corporal y la altura, y sobre el tabaquismo inicial, la actividad física, la calidad de la dieta, la educación, el estado civil y los síntomas depresivos".
Si bien todos los participantes aumentaron de peso en ese periodo de tiempo, alrededor de medio kilo de media, este incremento fue mayor entre los que estaban bajo tratamiento antidepresivo. "Todas las personas que consumían antidepresivos tenían más probabilidades de subir de peso y de desarrollar obesidad. Un riesgo que se incrementa entre las personas que hacen un uso continuado de este tipo de medicamento", explica en el comunicado la Dra. Camille Lassale, investigadora del Instituto de Investigación del Hospital del Mar.
Independientemente de la edad, el sexo, el nivel socioeconómico, el estilo de vida y la presencia, o no, de síntomas depresivos en los adultos analizados la relación entre el consumo de antidepresivos y la subida de peso se mantenía en todos ellos.
Aquellas personas que dejaron de tomar antidepresivos durante el estudio, el 5,1%, subieron un 1,8% de peso más que los que no lo tomaban, mientras que las que empezaron a tomarlos durante la investigación o lo mantuvieron durante la misma, incrementaron su peso un 2% más que el resto y "el riesgo de desarrollar obesidad se multiplica por dos". Estos perfiles tendían a ser mujeres, mayores, y con estilo de vida menos sano.
Una vez demostrada esta relación, Gabriela Lugon, otra investigadora del Hospital del Mar, evidencia que esto lleva a que "se tenga en cuenta a la hora de recetar antidepresivos y hacer un seguimiento, una monitorización del peso. No nos podemos limitar a recetarlo por sus efectos positivos, también hay que tener en cuenta este factor asociado a su consumo".
En esta misma línea, el Dr. Víctor Pérez, jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital del Mar, apunta que "ante el riesgo de pérdida de adherencia de los pacientes a causa del incremento de peso, debemos tener en cuenta alternativas terapéuticas que complementen el tratamiento farmacológico".
No obstante, también recuerde que "los antidepresivos son fármacos muy eficaces para el tratamiento de algunas de las enfermedades mentales más prevalentes y su efecto sobre el peso no es generalizado".