Parece que el prospecto en papel de los medicamentos, tal y como lo conocemos hasta ahora, tiene los días contados, pues la directiva europea pretende eliminarlos en un plazo de cinco años; un periodo de tiempo que médicos, farmacéuticos y pacientes, entre otros, consideran insuficiente para cerrar la brecha digital que afecta a millones de ciudadanos.
La intención es proporcionar al paciente la información del fármaco, es decir, la composición, las indicaciones, la posología, las contraindicaciones, las precauciones, los efectos secundarios e las interacciones, exclusivamente de forma electrónica lo que conlleva tener un dispositivo electrónico en las manos siempre que se tengan dudas sobre el medicamento para evitar así confusiones.
A raíz de esta propuesta, organizaciones como el Consejo General de Colegios de Médicos (CGCOM), el Consejo General de Colegios de Farmacéuticos (CGCOF), la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP) y la Plataforma de Mayores y Pensionistas (PMP), han elaborado un documento en el que muestran su descontento y preocupación.
A pesar de que una gran parte de la población posee smartphones, un informe de la Comisión Europea sobre el estado de la Década Digital mostró que "solo el 55,6% de la población de la UE tiene al menos capacidades digitales básicas " lo que evidencia la gran brecha digital aún existente.
En esta misma línea, una encuesta de la OCU realizada en 2022 reveló que "el 78% de los usuarios prefieren el prospecto en papel y hasta el 83% de los mayores de 65 años". Además, una gran parte de los pacientes, concretamente el 80%, consulta el prospecto si es la primera vez que toma dicho medicamento y un 88% lo hace cuando se automedica. En caso de sufrir algún efecto secundario leve, el 44%lo vuelve a leer.
Uno de los grupos que podrían verse más afectados con esta medida son las personas de edades avanzadas. En primer lugar, porque "constituyen el grupo de mayor consumo de medicamentos" y enfermedades crónicas, y por ende, son los que más información necesitan sobre los medicamentos; y en segundo lugar, porque son los que "presentan mayores dificultades para adaptarse a un modelo exclusivamente digital".
Los pacientes polimedicados "que requieren consultar múltiples prospectos", con escasa alfabetización digital y los que tienen dificultades financieras ya que podrían "no tener acceso a dispositivos electrónicos o una conexión estable a Internet" son otros de los grupos más vulnerables.
Si la medida propuesta por la directiva europea se cumple, "incrementaría las desigualdades en el acceso a información esencial para el correcto uso de los medicamentos" con todo los riesgos que esto conlleva, como por ejemplo:
A pesar del descontento, las organizaciones no están en contra del prospecto digital, pero como medida complementaria y no sustitutiva; de forma que el prospecto en papel debe mantenerse como obligación legal.