Con la llegada de las altas temperaturas y con el verano a la vuelta de la esquina, empiezan a surgir las dudas de cómo protegernos frente al sol y la recomendación más repetida entre la población general es la aplicación de crema solar en las zonas más expuestas.
Aunque se trata de "una buena medida fotoprotectora", siempre y cuando se haga adecuadamente, debe ser una herramienta complementaria al resto de medidas físicas, pues la protección al 100% no existe, asegura el Dr. Agustín Buendía, director de la Fundación Piel Sana de la Asociación Española de Dermatología y Venereología (AEDV) a ElDesmarque.
"Nosotros nunca recomendamos exclusivamente la crema porque da falsa sensación de seguridad", advierte el mismo. Y es que "se ha comprobado a través de un estudio que las personas que utilizaban crema solar tenían más cáncer de piel, ya que como estas no se quemaban y aguantaban más tiempo al sol, recibían mucha más radiación y a la larga desarrollaban un cáncer de piel", argumenta.
Como ya hemos dicho, la crema solar en un buen complemento para protegerse frente al sol siempre y cuando se aplique correctamente, "cosa que la población no hace".
En primer lugar, el factor de protección debe ser superior de 30 FPS y "que proteja frente a la radiación ultravioleta de tipo A y B". En segundo lugar, se debe ser "muy generoso en su aplicación" y repetir el proceso "cada dos horas".
Además de esto, el Dr. Buendía enumera las medidas fotoprotectores físicas que no deben pasarse por alto:
Aunque ninguna persona está a salvo de los efectos negativos que tienen la exposición solar para la salud, hay quienes presentan un mayor riesgo de quemarse o de desarrollar cáncer de piel con el tiempo y son aquellas que tienen un fototipo bajo, es decir, con la piel clara.
"Esto coincide con las personas que tienen facilidad para la quemadura y dificultad para el bronceado, que son rubias, de ojos claros, pelirrojas.. Estas son las que tienen que extremar la protección frente al sol", advierte el miembro de AEDV.
No obstante, esto no significa que las personas con pieles más oscuras que se broncean fácilmente y se queman con dificultad no deban protegerse del sol, pues aunque "no tienen que extremar tanto las precauciones para evitar la quemadura, sí tienen que hacerlo para reducir los daños acumulativos de la exposición a la radiación ultravioleta".