Las audiencias de Operación Triunfo están muy lejos de lo esperado por Televisión Española. El talent show está siendo un auténtico fracaso y lo peor es que tiene difícil solución. Por no decir imposible. Menos a las alturas de programa en las que estamos.
De hecho, hace unas semanas se confirmó que la edición de este año será ligeramente más corta que la del pasado. Mientras en el 2017 los triunfitos pasaron las navidades en la Academia, este año se comerán los turrones en casa. El programa se acaba la semana del 21 de diciembre.
Los concursantes no interesan
Son muchos los motivos que han llevado al fracaso al programa. Uno de ellos, por ejemplo, es que los concursantes "no enganchan".
A diferencia de Amaia, Ana Guerra, Alfred, Cepeda, Aitana y compañía, los concursantes de esta temporada tienen la mínima gracia sobre el escenario.
La desidia que muestran algunos aspirantes en sus interpretaciones han puesto en alerta a la dirección del programa. De hecho, Noemí Galera, la directora de la Academia, ya les dio una reprimenda en la segunda gala cuando les dijo que “no enamoran”. Y lo cierto es que las cosas no han mejorado demasiado.
Falta de humildad entre los triunfitos
Por otro lado, y a pesar de que no estén dando el nivel en la tarima, si se creen que son divos de la música y se percibe en muchas de las escenas que se han visto en la presente edición. Como cuando quisieron cambiar la palabra “mariconez” del tema de Mecano. “De otras cosas se tendrían que preocupar, como de hacer las cosas un poco bien”, opinaban en las redes.
Además, corre la opinión de que muchos de ellos ya sabían a lo que iban. Y no era precisamente a aprender a cantar, sino a conseguir fama y repercusión.
El escándalo Itizar Castro, otra nota negativa
El escándalo vivido con el despido de Itziar Castro tampoco ha gustado a los telespectadores. Tanto por el trato que le han dado a la ex profesora de interpretación, como el engaño perpetrado a los televidentes, intentando hacerles creer que los participantes no sabían nada del asunto.
Y tampoco la llegada de los Javis como salvadores. De ser los profesores favoritos han pasado a ser de los más odiados de la Academia. Muchos espectadores los echarían a ellos antes que a los concursantes.
Saturados del formato
Todo ello ha desembocado en un desinterés brutal de la audiencia. Crece la sensación de que lo mejor de OT ya se vio. Algunos consideran que el formato está obsoleto. Otros se sienten saturados, y es que era junio que la última tongada de triunfitos todavía estaba dando el concierto en el Santiago Bernabéu. No han dejaron respirar lo suficiente al programa.
Lo mejor que les puede pasar a los cantantes, a los responsables de Gestmusic y a Televisión Española es que se acabe cuanto antes.