A Irina Shayk no le ha resultado nada fácil llegar a donde está. La modelo rusa se dio a conocer a los 18 años, y desde entonces ha tenido que luchar contra viento y marea para llegar a donde está.
Al principio Irina solo hablaba ruso, lo que la obligó a aprender el inglés a marchas forzadas. No le fue fácil, pero al final lo consiguió. Y mientras aprendía, ganaba lo justo para comer y vivía en un pequeño piso.
No fue hasta 2007, con ya 21 años, cuando dio el gran salto. La modelo participó en una clase de modelos y los responsables de Intimissimi se enamoraron de ella al instante, fichándola como nueva cara bonita de la firma. Y de ahí al estrellato.
Pronto se convirtió en una de las chicas del calendario de la publicación Sports Illustrated, así como en portada de revistas como Elle, Harper’s Bazaar, Vanity Fair, o Vogue, entre otras. Además, también se convirtió en la imagen de marcas de alto standing como Guess, Lacoste o La Perla.
Y entonces conoció a Cristiano Ronaldo. El noviazgo con el entonces jugador del Real Madrid terminó de darla a conocer en todo el mundo, pasando a ser una de las modelos más cotizadas del panorama internacional.
Posteriormente Irina y CR7 lo dejaron, y fue Bradley Cooper el que pasó a ocupar el corazón de Shayk. Estuvieron juntos cuatro años, hasta que antes de la primavera rompieron su relación.
Ahora la it girl mantiene una relación con otro hombre, con el que se le ha visto paseando por las calles de Nueva York.
Una carrera durante la que, además, Irina también ha cambiado en su físico. La modelo rusa ha pasado unas cuantas veces por el cirujano plástico, y no tiene hoy la misma cara que tenía cuando se inició en el mundo de la pasarela. No hace falta más que ver las siguientes fotografías y compararlas con como luce hoy en día para corroborarlo. Los cambios son más que evidentes.
Así era antes:
Y así es ahora: