La experiodista argentina Mina Bonino vive el fútbol como una auténtica fan. Además de su gran pasión por este deporte, la presencia de Fede Valverde hace que su pulso se dispare en cada encuentro del Real Madrid. En ‘WAGS: Ellas también juegan’, las cámaras grabaron la emoción de Mina durante las semifinales de la Champions League, en las que el equipo de la capital española se enfrentó al Manchester United. Los ocho capítulos de la serie documental, ya disponibles en mitele PLUS.
Mina se desplazó hasta Inglaterra para apoyar al equipo y a su pareja. “Siempre que puedo viajo, porque me gusta acompañarlo (a Fede) y porque me gusta el fútbol”, explicaba.
Y no lo hizo en un vuelo privado, sino que viajó con los demás aficionados del club blanco. “Son divinos, me llevo super bien y me siento más hincha”, reconocía Mina al moverse con los seguidores del Real Madrid. “Me tratan como una reina. Yo los amo. Me dejan el primer lugar, me agarran el asiento, me cuidan, me llevan a todos lados”, agradecía la argentina.
Mina habló con algunos de los integrantes de la expedición acerca de los rituales que ella y Fede practican antes de los partidos: “Tenemos muchas cábalas. Trato de repetirlas, pero después dejan de funcionar. Una vez que pierdes un partido, descartada. Tengo que buscarme nuevas ideas porque ya tuve que descartar todo” bromeaba Bonino.
Con el embarazo de Bauti en un estado avanzado, la esposa del uruguayo se sentó en las gradas del Etihad Stadium. “En la cancha lo paso muy mal. Te das cuenta todo lo que cambia cuando un familiar está ahí, en el campo. Una patada te duele a ti, te preocupa, te enoja. Y yo soy encima muy efusiva. Le pegan una patada a él y yo ya quiero ir a agarrarlo, a romperle la cabeza al tipo”, comentaba la de Quilmes.
“Es una mierda que juegue al fútbol porque al final estoy todo el día nerviosa. Me estreso. Yo no llego a los 40”, expresaba en tono humorístico Bonino.
Apenada por la derrota merengue en tierras británicas, Mina y Fede volvieron en el mismo avión, pero ni siquiera se vieron hasta llegar a casa, donde solo quedaba “acompañar y darle para adelante. Si lo dramatizas más, le pones más nervioso a él”, valoraba la protagonista.